lunes, 9 de abril de 2018

Juicio

Te traigo a juicio, especie nuestra, por tu desastroso trabajo para crearnos. Mírate desde que empezamos según correspondía bien a bien, hace diez milenios, un soplo, pues, para esto infinito alrededor, que seguramente no comprendes todavía, y ante los propios antepasados y sus siete millones de años. 
Sí, nada se nos dio en regalo, y para transitar cada día debimos hacer un víacrucis. Cuanto nos rodea tiene suficiente consigo mismo y sería estúpido pedirle magnanimididad, porque, ¿sabes?, ¡no entiende los aullidos a cuya invención se canta en cuanto sagrado recinto levantaste: iglesias, castillos, letrinas, tabernas, universidades, faceboook y tuitcoso, hazme favor -cuán naco el cosmos, neta-!
-¡Ah, palabra!, ¡oh, letra! -escúchase en templos por toitita la tierra, en cifrás astrónomicas segundo tras segundo. 
No mereces mínimo respeto, yo sumado a tí, claro. "Qué dolor (...) Mambrú se fue a la guerra." Es un imbécil ese tipo, se hubiera escondido en un ropero o bajo la falda de su madre. Y no, corrió adonde mueres o me matas. Menos mal que nunca volverás.
SIGUE, ESTÚPIDAMENTE, DESDE LUEGO