Nos llaman ya. Hace tiempo, en realidad. "Aquí no se salva ni Dios, lo asesinaron." Hasta ahora cumplen su tarea poco a poco. Mañana, que empieza diez minutos después de terminar esta nota, se solazarán.
Pinto una cruz donde más fácil sea para su trabajo.
Nuevamente: aborrezco cuanto en mí suene a poesía.