sábado, 17 de agosto de 2019

Una mala crónica

Es jueves y el ambiente parece creado para provocar. "En caso de violación, pruebas genéticas se perdieron." Eso aquí, aunque hasta donde tengo memoria corresponde fielmente a nuestros métodos policiacos para investigar, resulta imperdonable, porque cuatro agentes fueron denunciados por violación y se cumplen ocho meses y medio de la mayor insurreción, electoral ahora, en cien años, y esta capital federal parece volverse otra vez el oasis que permitió el derecho al aborto y los matrimonios homosexuales, y está presidida por una mujer, Claudia Sheimbaum.
Otros dos casos recientes con cierta, posible  relación, hacían más insoportable aquello, en el reino latinoamerciano del feminicidio que es México, y coronaban con madame Sheimbaum y su habitual gesto hecho Meme, "¿Ahora qué?", fustigando a quienes cometieron esta monumental tropelía:
Secretarío de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México
atacado con diamantina.
Y nueva información se producía: Chofer y cacharpo abusan de una jovencita en su camión. Qué novedad si: "Cada 18 segundos una mujer es violada" (Lydia Cacho). 
Hasta yo, que me prometí no hablar sobre temas cuyo manejo deben reservarse las feministas, despotriqué contra mi género por los siglos de los siglos, hasta quedar en una extraña posición pues parecía validar cosas como que los hombres cuando tienen sexo, no importa las condiciones,  violan.  
El viernes hubo marcha. 

Sectores muy beligerantes escalan su descontento. 
 
 




Hay una comprobada, solitaria provocación. El joven terminó dando terrible golpe a un periodista.
Entre la euforia que sigue, hay desmesuradas declaraciones: "Este gobierno no es distinto. Reprime la protesta y criminaliza a quienes exigimos justicia." Y muestra un video donde los granaderos se limitan a rodear una estación oficial:
https://www.facebook.com/luriojas/videos/vb.1482296091856938/2392246961020318/?type=2&theater.
Alguien le refresca la memoria: 
En fin, el problema no es cómo se dimensiona un día.
La violencia de género quizá es la cuestión mayor en este país, por efectos y significados.