martes, 12 de noviembre de 2019

A tiempo

De vuelta la discusión.
-¿En qué coño gastabas el tiempo? 
-Viviendo, creo, abuelo. 
Los veía ir y venir, preguntaba, salían del paso con cualquier cosa. Tal vez creían que todos estábamos enterados. ¿En un México obsesivamente vuelto sobre sí y, cuando bien le iba, sus alrededores?
Era 2003, 2004, y por casualidad me encargaba de la página para el Movimiento Indígena y Campesino Mesoamericano. Fui a un congreso... Ni palabra allí, juro, sobre Chávez, Evo, Socialismo Siglo XXI.
Luego continué vinculado a sindicatos, organizaciones vecinales y estudiantiles, dándome baños de extraordinarios proyectos rurales, y nada todavía. Hasta avanzada esta década otro azar tuvo a bien llevarme a encuentros regionales donde se hablaba de la Pachamama. Ceí que era algo en proceso, cuyo curso no podía seguir pues al país se lo llevaba la mierda. 
Cierto, en el local enfrente fue hasta García Lineras, creo. Solo a eso se dedicaban nuestros vecinos cada vez más desacreditados, entretanto nosotros desarrollabamos modestos talleres: vinculación urbano-campesina, historia, crónica, radio comunitaria, derechos laborales... 
-Como sea, llegamos a tiempo a la revolución mundial, ¿no, Belarmo? Incluso haciéndole de arietes, en palabras, desde luego.
-Presumido.
-Mira.
"Latinoamérica sigue sin creer en los estadounidenses. Está ciega. En ese país hay una reserva monumental, empezando por corrientes sindicalistas que conozco desde 2002 y tienen detrás la herencia de la IWW."
-Si, Esfinge.
-Búrlate de tu abuela.
-¡A Teresa no me la toques!
Perdón, niña atareada en 1842.
-0-
-Mira, viejo.
-Viejo... Tengo cincuenta y ocho y tú setenta y dos.
-Jeje. Deja te muestro.
Este hombre, que sabe mucho y por no sé las razones produce dudas, hace una impecable disección. ¿Y? El modelo planetario llevó al colmo los enredosos túneles de las democracias representativas, para mejor ocultar sus manejos. ¿Merece perder el tiempo haciendo limpieza?