viernes, 23 de marzo de 2018

El último viaje. Cuaderno. I

-Abuelo, esto está lleno de basura y le sigue faltando un siquiera sugerido orden.
-Minucias.

A lo repentino en mi mirada el tiempo histórico de la especie se contrajo hasta parecer un soplo, nuestro presente nacional corre y yo sigo sin saber qué traje ceremonial vestiré.
Si tenía alguna vaga pretensión de trascender, sobreviviendo en quienes quiero, por ejemplo, perdió sentido, deduzco, y este último viaje, entonces, Belarmo, lo hacemos para estar juntos y con Uno, Él, el Nuevo, S y E, Filiberto, la niña sin una pierna... ¿Te parece que cuente un poco más de nuestra Corte?
-"Quien quiera peces que moje el culo", decía Severina, tu abuela. Así que un tip basta para los recién llegados: La Corte de Medianoche. Y anda, que el camino quizás no es largo ya y la prisa, prisa, todavía.   

Al séptimo día, simbólicamente quizá, me despierta el clamor del gato callejero que ronda la privada. Es largo y reclama. Parece de un hijo al perder a la madre.
Marcha ese pequeño ser cuyo prodigio de ingeniería natural aprecio ahora gracias a Suertudo y me pregunto por qué se atrevió a lo que pudo costarle la vida, pues nuestros vecinos desesperan con él.
Pienso entonces en mí como otro condenado a quien por ventura dieron techo, trabajo y amor.
¿Cuánto pierdo la razón durante el proceso, soltando aquí verdades que deliran? No te levantes, me digo, debes descansar, y no puedo quedarme en cama sin advertir antes al menos eso tan claro como los gritos del gato.
Olvido así principios que juré seguir, fumo en ayunas y tomo una foto para precisar mi deterioro.
En casa los espejos y la cámara son benévolos y haciendo trampas -posar, escoger el mejor resultado- obtengo un retrato que me muestra en buenas condiciones.
Meses después se produce el milagro: la foto que odio desde siempre trae a un niño de tres años contradiciendo el protocolario acto familiar con un amoroso gesto cuyo objetivo está fuera de cuadro: su valle, sus montañas, su campesina hermana mayor.
Es él quien sostiene a este hombre consumiéndose durante el viaje.

El país durante su mayor coyuntura quizá en cien años; mi envejecimiento y la gran historia al fondo. De contarlos se trata, digiéndome a nietos naturales y adoptivos, a la Tic, última pareja, y a Lupita, quien representa a nuestra guía ideológica. Empiezo otra vez cuando me les alejé sin regreso posible. 
Será un diario, no encuentro mejor fórmula. Estamos en marzo y lo inicié en noviembre todavía entre ustedes -¿o septiembre de 2016, año y medio atrás, apenas entendí que todo se precipitaba; o el junio anterior?
Las fechas no tienen orden.
-0-
(Pongo música para aligerar el camino.)

Marzo 22, 2018
Tuve mi 18 brumario en marzo, escribo por ocurrencia y tan virtuoso es esto del pensamiento que no se piensa, que hasta el mismísimo Víctor Hugo -Padre nuestro, rezo- pierde su gracia, como advirtió don Carlitos en aquélla conocida obra: Napoléon le Petit ve solo un rayo cayendo de un cielo sereno; yo, por el contrario, demuestro "cómo la lucha de clases creó (...) las circunstancias"1.
Perdonen mi enredo. Amanecí diciéndome Se es en común o no tiene caso y heme aquí con la justa materia, dando una simpática vuelta. Abandono el hogar de donde no debería salir más, rumbo al primigenio, que compartiremos todos. Así lo entendiste, Tic, y por ello recibí tu bendición y una alegre mirada de N a la distancia, quien perdía al abuelo recién llegado.
Patria prometida realmente solo hay esta -una coma menos hace milagros, ¿ven?-. El Judio errante fue un incomprendido que reía de los ceños fruncidos a su paso -se llamaba Pablo, supieron después y nombráronlo Santo (uso metáforas sin sentido, creo, pues de asuntos bíblicos no tengo mínima idea).
Tomo camino hacia Jerusalem cuando el otro calendario dice año 1212, no a lo Templario en la corte de los Malditos, sino para acompañar a niños "salvajes e ignorantes" que mendigan con las cuencas de los ojos vacías, sin piernas y atadas sus manos por píos frailes2 -padre, padre, don Marcel Schwob, queda claro.
-Anden, que el verdadero reino es el nuestro -les digo.

5 de enero, 2018
Camina, alguien dice Compermiso, tres metros allá se sienta, No puede estar aquí, lo amonesta un hombre en uniforme, enérgico, sin mala fe, el orden es el orden, sabe cualquiera y todos dudan si eso tiene sentido. Vuelve a levantarse, las nubes pasan, bajas, rápidas, gruesas, apenas repara en ellas, ni ellas en él, claro, así debe ser, cada quien a lo suyo, está bien, no hay qué de quién. 
Solo camino, primera persona del singular, como la segunda y la tercera, piensa, y también hay nosotros, nosotros, sí. Pensar, tan natural y absurdo. Miro, pues, a una anciana al paso. Su rostro es digno y hermoso Déjeme que escarbe en él, Anda, contestará, si le pido permiso. Nos hemos ido, ella y yo, y no volveré a encontrarla.
Miente la leyenda del cuaderno. No existe país ni oportunidad ni tiempo preciso. Unicamente el camino.
Al fondo hormigas humanas levantan una contrucción a la velocidad que no se extraña aquí, donde podemos contar los segundos. 
Hay preguntas estúpidas: ¿cuánto falta? ¿Para dónde?
¿Y el abuelo y la amita, con quienes iba? Vaya a saberse, nadie se pierde.
Otro niño acaba de morir, o lo gasearon o fue violado, escucho. No precisan género ni lugar. Las almas buscan inútilmente guardarse para ocultar su pena, pues necesitamos creer. Sucumbirán los sin fe y cada uno y una que falta es merma irreparable. 
No pares, vuelven a decirme, Quisiera, tardaré muy poco, respondo, Más adelante, O atrás, tercia alguien.

15 de mayo, 2018
Lo primero que leen es lo último escrito. O sea, cada nueva alineación del texto va hacia atrás en tiempo y así al jueves sucede el miércoles, etc.

-Promete que no picarás más en "compartir" -pidió ayer imaginariamente la Tic, traducida su mirada por mí a solas pensando cuál pondría si le lanzara ese discurso, y no lo haré, pues para muy mejores cosas está la amita.

Todo es un juego y no, en estos cuadernos. Dejo cosas pendientes para escribirlos, como incorporarme al día sin más, enorme privilegio, entenderían ustedes, nietos, de sentirlo a media mañana quieto, quedo, el sol macho descansando un rato en nuestro patio a la sombra, los vecinos silenciosamente en lo suyo: el sastre, la pareja de puesteros que vendimian al amanecer, el taxista cuya jornada empieza en dos horas, el plomero aguardando por clientes, las jubiladas y las madres de tiempo completo, cuyo esfuerzo sostiene al mundo, dale y dale cocina y lavadero adentro.
Aprieto Publicar para informarles, E, S y demás, mientras mi barrio disfruta su tranquila naturaleza y la música...

Piedra de las doncellas quería decir, creo, su nombre anglo-sajón originario. Está hacia el extremo sudoriental de la gran isla, en lo que se llamó Canto y Tierra fronteriza. Invicta le apodaron sus habitantes, no mucho atrás realmente: siglo XI, casi cuando se sentaban las bases del mundo moderno. No pudo derrotarla ni más ni menos que Guillermo el Conquistador -Oh, my God!, digamos para estar en tono, jeje.
Imagino y no cómo son esos lugares y busco fotos. Su flora tiene poco chiste en relación a la nuestra, nietos, o a la que perseguimos y que entonces acunaba a una cultura sin par a este costado del planeta, por rica y tolerante.
Los normandos son toda una historia y vienen a cuento al rastrear antecedentes. Vikingos, les dicen también, o a unos de ellos, si quieren presumirse eruditos, nacos y nacas -daneses, ni más ni menos digo porque nada atrajo tanto mi atención como Copenhague y un tiempo Kierkegaard, a quien creí comprender contemplando esa su ciudad -si ahí donde me ven, estoy viajadón, jeje.
Doy un rodeo en principio inútil, cuyas virtudes ya aparecieron: llevarnos a los años mil -uy, ahora antójase hablar del Apocalipsis y, por ósmosis, jeje, del Paraíso perdido (dejen me quito el sombrero ante don Jonh Milton)-. Y con el milenio un pretexto para que recuerde cuán iluminado era el Islam contemporáneo. 
Empecé aquí por Robert Fisk, el mejor periodista de cuantos haya, experto en Medio Oriente. Los desinformados debemos hallar guías y él es el más propicio para mí desde sus artículos sobre la invasión a Irak en 2003.
Mi patria prometida está sobre la costa del Pacífico mexicano y no logrando quedar en ella topé una segunda, a la que llego solo virtualmente. ¿Azares del último viaje?
Según observan me atreví a nombrar allí donde debían hallarse sugerencias y no más. Nuevo mérito de nuestra aventura, que descubriéndome universal vuelve pequeño lo en apariencia grande -así lo sea.
Démosle orden a esto, empezando por una precisión: "Nada humano me es ajeno", dijo quien providencialmente cito cuando hablo con la Tic sobre el Sentimiento trágico de la vida. Repitió, más bien, pues la frase pertenece a ¡Terencio el Africano, menuda suerte! Éste nació en el siglo II a.c. ¡y su origen era bereber! 
Ciertamente, en consecuencia, nada, nada es ajeno para mí ni para nadie más. Reconocerlo hace dos mil doscientos años, se las traía, don Teren, qué bárbaro. ¿Pudo ocurrírsele, justo, por su ascendencia? Vio la primera luz ¡en Cartago, hoy Túnez! 
Allí comenzó la "primavera árabe", hace ocho años. ¿Qué fue eso, Robert?, explique, por favor, y después regreso, ¿sí, nietos?  
-No hay manera, en diez minutos -responde. -Se produjo, sí, un despertar que tenía grandes augurios. No diré más. Añadiré solo: "Israel estará mucho más seguro rodeado por verdaderas democracias que por despiadados dictadores y reyes autocráticos".
Entiendo el mensaje, creo: si se quiere saber algo más que lugares comunes...
-Aguarde, unas palabras finales: "Y, como de costumbre, serán los palestinos quienes sufrirán, con su tragedia totalmente olvidada..."  
Hay cosas que no permiten el menor juego. Si "nada humano me es ajeno"... 
Repito, pues, lo tomado de una película extraordinaria para referirme a Julio César Mondragón: "Tú nunca estuviste en Hiroshima". 
Prometo traer en un rato los links a artículos de Fisk y otros sobre las recientes masacres en Palestina, que están en Una ventana (2), como este: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=241586&titular=israel-masacra-a-decenas-de-palestinos-en-la-v%EDspera-del-70-aniversario-de-la-nakba-  
Entre otras cosas el último viaje es hacia el pasado de nuestras sociedades. Puedo gracias a uno anterior que duró ocho años. Ahora debe ir mucho más allá.
Fisk nació en Piedra de las doncellas, distrito de Canto (Kent), Gran Bretaña. Es rubicundo al estilo nórdico -no danés, por cierto- y terminó viviendo en Beirut. Imagino que algo tuvo que ver el atractivo de vegetaciones, cielos, pueblos, cálidos o torrenciales, con ricas civilizaciones milenarias a sus espaldas, frente a la parquedad inglesa, muy reciente en comparación. 
A diferencia de políticos, empresarios, turistas, corresponsales de guerra sin luces ni principios, el periodista fue con ojos bien abiertos y descubrió los entresijos, hasta rasgarse las entrañas. 
Aborrezco a Sherlock Holmes porque recreaba a la Inglaterra colonial, soberbia y autocomplaciente. Su estúpido escudero sirvió con orgullo al imperio en la India, sin duda satisfecho de los afganos cuyo rifle mandó al otro mundo -si acertaron los disparos, claro, ¿o uso la bayoneta?, pues tal insigne obra se hizo a punta de cañonazos y cercos de hambre-. Nació novelísticamente no muy lejos de Fisk, y para él eso del "nada humano" ni a patraña le sonaba.
El expansionismo ultramarino británico había iniciado en Irlanda, cuatro siglos antes, coincidiendo con la conquista del  Cuarto Continente por España y Portugal, y preparaba a Walter Raleigh y socios a iniciar el extermino de las naciones indias en la Norteamérica atlántica.
En voz de Ricardo III, Shakespeare cantaría a la ruína irlandesa y torpemente sorprende a quienes lo estudían que respetara a Otelo, gobernador de Chipre para Venecia en contienda con el imperio otomano.
Esa isla sobre el Mar Nuestro, de la cuenca mediterránea toda, era por fuerza un laboratorio humano desde los comienzos civilizatorios -allí, entre nueve mil y diez mil quinientos años contando a partir de hoy. Hay una relación para mí imprecisa, entre su primera cultura y, ah, caray con los casualidades que no lo son en absoluto, la hoy Turquía. Luego se establecieron colonias fenicias, griegas, egipcias, mesopotámicas. ¿Don William se preocupó por tu historia genética, Otelo? Así te dibujaron más tarde
¿Un negro simbólico, pues, para la cristiandad latina que llamaba moro a cuantos habitaban el África musulmana -continúan las coincidencias, Inesperada, porque en rigor hablaríamos de ¡mauritanos! (vaya casualidad, ¿no?)?  
¿Ven?, mal que bien, dar palos de ciego sirve. Entretanto leo noticias que llegan sobre Palestina y ya no soy el único alrededor a quien el tema preocupa. Falta apreciar su brutal repercusión para el propio pueblo palestino y la humanidad entera.
Lo que hace ese torpe demente al cual los mexicanos padecemos también, era inconcebible poco tiempo atrás, tengo entendido. Y el gobierno israelí obviamente no se queda atrás. Escuchen estas declaraciones cuyas resumen dice: "Disparamos a los palestinos porque no podemos meterlos a todos en la cárcel." https://www.facebook.com/irene.montero.5070/videos/1231746830296071/?hc_ref=ARSjT3JH1XZpuVqTcRdndRIIygi5a-ID-BpTvBgYAJ9CRODUZVQ5TPF7RQpsbKmbnr0  ¿Qué pensarán sus hermanos judíos dispersos en el mundo? ¿Cómo abrir la boca nunca más sobre campos de extermino nazi? 
En 2001 Fisk escribió: "Palestina: la última guerra colonial" https://www.nodo50.org/csca/palestina/fisk_5-12-01.html. (Esa página, Palestina Libre, tiene información sobre el pasado próximo y la actualidad de Medio Oriente.)
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Busco una patria prometida para todos nosotros, nietos reales y adoptivos. Será eso, promesa, inalcanzable porque para volverla nuestra deberíamos ir físicamente a ella, y uno no renuncia a sus madres, aquí siempre heridas y hoy en llagas.
Después recuperaré lo mucho sin hilvanar, para que de vuelta nos conduzca.
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Eso está escrito el jueves, creo, estamos a sábado y para aclarar me doy un ratito pues en dos horas debo salir corriendo de casa, bañarme antes...
El 7 de abril hubo un presunto ataque con bombas tóxicas en la ciudad de Duma, Siria, entonces en manos rebeldes al gobierno. Presunto, digo, pues hay una terrible guerra mediática allí, incluidas puestas en escena para la prensa.
Una semana después Estados Unidos, con aval inglés y francés, envían "misiles inteligentes" al centro de Damasco, ciudad capital, pretextando destruir instalaciones donde dice se fábrican armas químicas. ¿Para qué, si al día siguiente los observadores internacionales enviados ex professo revisarán esos puntos? 
El periodismo independiente afirma que no hay más motivo inmediato que las próximas elecciones en los tres países trasgresores. Así de ruín es la cuestión, en tierras donde una guerra civil iniciada hace seis o siete años y que escaló poco a poco- deja hasta ahora medio millón de cadáveres. 
Fue entonces que leí esas contundentes frases de Fisk:  "Y, como de costumbre, serán los palestinos quienes sufrirán, con su tragedia totalmente olvidada en medio de esta locura." 
Luego vendría lo de la embajada que se traslada a Jerusalem. 
Para mí el Medio Oriente actual es una gigantesca duda que cobró real forma con la invasión estadounidense a Irak en 2003, tras los ataques a las Torres Gemelas, producto del terrorismo supuestamente fundamentalista islámico, porque tales y cuales hechos parecieran señalar como autores intelectuales a George Bush hijo y socios, entonces amos de la Casa Blanca.
Fue entonces, advertí antes, que dirigiendo el periodico de la izquierda parlamentaria mexicana -no pregunten por qué, jeje-, conocí a Fisk.
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En los ochos años viajando por la tierra a lo largo de siglos, topé el Califato Omeya que entre fines de los siglos X al XII fue único en tolerancia religiosa y explendor cultural, cuando menos para la mitad occidental del planeta. 
Al Andalus hizo entonces nuevos avances islámicos sobre el norte africano, siempre íntimamente ligado al mediterráneo europeo, extendiendo sus maravillas hacia allí. Así conoci al Selomo Ibn Gabirol de cuyos poemas saca buen partido el Mero, y a Maimónides, el filósofo quizás más importantes en los siglos que tendenciosamente solemos llamar medievales, pues este concepto se refiere solo a la cristiandad latina. Y gracias a él hallé Fez, la joya del futuro Marruecos, adonde viajaría dos veces en cuerpo y alma para enamorar luego con sus historias a mi Inesperada. 
Aquello representaba una isla en los paseos hacia el pasado, que dolían riteradamente por la sangre y la injusticia esparcidas. 
Era un sufrimiento soportable, que no paralizaba, como el que ahora producen Palestina y Siria y hace poco Irak.
Mi último viaje es hacia el ayer y el hoy profundos. ¿Cuánto podré completarlo?
Suena la alarma del reloj. Hay que marchar al trabajo. 
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Regreso agradeciéndome no compartir la nota. Cuando se publica, donde sea, hay una cierta frívola alharaca. Encuentro una sola alternativa para informar seriamente a los demás: construir un uno universal.


Septiembre 15, 2016
I
Mi puerta exterior siempre está abierta, Ana entra. Trae una mochila, dejo de meter cosas en la que preparo.
-Lo hago yo –dice.
No entiendo nada.¿Si enloquecí al fin sin remedio por qué el teléfono suena con impaciencia registrando a Lupita? ¿Me atreví realmente a pedirle que buscara un trabajo para ayudarlos? ¿Y esas sirenas afuera?
-Estoy confundido, A.
-Perdona.
Sus ojos parlotean sin moverse.
Pasaron cuarenta años desde aquella primera vez. Teníamos quince y yo hoy casi setenta. Las cuentas no cuadran. Debería pedirme contestar la llamada y ni palabra soltará, sé, pues llegó "nuestro tiempo".
¿Y esa canción ahora? Cierto, pertenece a mi más maniática cinta y aun así, justo en este momento, resulta sospechosamente a modo. ¿Musicalizo la película?
Otra vez el teléfono.
-Hola, no escuchaba… Calculo que a las seis… ¿Importa que vaya acompañado? Nos acomodamos en cualquier sitio… Luego le explico… Gracias, un beso.
A hace nudos y calla. Nada la sorprenderá, molestará, preocupará. Ni marcharnos en el peor momento del país, según cree. Los grandes amores jamás yerran, grita un imaginario letrero luminoso.
Ella, así, en mayúscula, parece salida de un sueño, como yo y lo demás. Busco el espejo al costado. Me reconozco.
-Espera, hablo a mis hijos.
J contesta.
-¿Qué nuevas? –pregunta sin tránsito.
Cuento entrecortadamente, evitando palabras que disparen alarmas policiales.
Me corren siglos por la cabeza, cuelgo.
-¿Nos vamos? 
-Hay tiempo -contesto tratando de ganarlo para pensar y ella no lo permite por su mera presencia. La quiero tanto e imaginé tan bien la coyuntura nacional, que así permaneciera sano...
Despierto aliviado y triste. Hay sirenas corriendo, suena el celular. ¡Es Lupita! ¿Y A? 
Respondo.
-Hola... ¿Una reunión...? Sí, claro. Beso. 
Fumo y en la sala encuentro al abuelo, muerto en 1950; a Agustín y el Grillo, a quienes no veo hace décadas; a la niña que quedó coja durante un bombardeo; a Brian O´Donnell, según deduzco, y un personaje fantástico con rasgos sioux. 
Doy media vuelta entre sus quejas.
-Don Alonso Quijano, te alcancé.
-No tengas miedo, B.
-A.
-Ven.
-¿De veras estás aquí?
No se da cuenta a qué me refiero. 
De nuevo llaman.
-¿Qué hace, don? No aparece por ningún lado. ¿Se siente bien?
-Sí, Mal nombrada. ¿Cómo se ve eso?
-¡Chido! Bueno, usted entiende. Un poco desesperante la inmovilidad, pero...
-La come ansías -digo recuperando el humor. 
-Uy, hablo el pasiflorine. ¿Va a entrar a los grupos?
-Al rato. Llegó visita. 
Evito aclararle pues creería que miento o...
-Lo topo luego.
-¿Seguro llevas todo? -pregunta A.
-Nos quedamos.
Cambio de planes por el telefonazo, deduce, y son los sueños quienes mudan.
-Preparo algo para cenar. -Las tiendas cerraron, temerosas, y algo discurrirá con lo poquito en mi refrigerador y mi alacena.  
Nos contemplamos y casi puedo tocar aquélla primera mañana. Yo jugaba y volteé atraído por su mirada. Ella estrenaba escuela, para mí era la de toda la vida. Cada uno representaba el polo opuesto al otro. 
Demasiadas cosas a un tiempo. Ella, el país, mi factible locura, merecen las veinticuatro horas.

II
Como saben, mi abuelo Belarmo hace años vive conmigo. Uno noche paseando juntos se cruzó con otro hombre que me obsesiona, V, y no pudieron reconocerse.
Éste escribió: "Que la pena pueda pasar y que se siga viviendo después, fue para mí un gran asombro. Sobrevivir es la cosa desconcertante entre todas (...) ¿Por qué sobrevivir si no es para aquellos que no sobreviven? Los muertos para mí están muy cerca de los vivos, no discierno bien la frontera que los separa"3. ¿Sabía que su último viaje era a las tierras donde poco después accidentalmente y no yo nacería? Qué importa. La cuestión está en el pasado. Hablen quienes murieron, también apenas diez minutos atrás.
-0-
El diario tiene un origen. 
Septiembre 15, 2014
Noche del mexicano grito y al Barrio, como llamo a mi cuenta depurada en FB a lo largo de nueve años para no vérmelas con la parte del país que desprecio, lo pone furibundo la fecha reglamentaria y está casi vacío.
David: en Neza los cohetes son K 47
Dany:¡Vivan los hoteles de Tlalpan! Ahhh no vea…
Yo estoy alelado con la canción que buenas razones trajeron hoy.
Pregunto a la Dany en el hotel de paso en Tlalpan, si su grito no fue mera oportunidad para una de las geniales declaraciones que acostumbra:
¿La conoce, Ña?
Dany: Obvi
La Itzel y yo aprovechamos para bromear:
Foto que una agradecida carnalita nos acaba de tomar
Itzel: Jajajajaj! Yeha!!!
Yo: ¿La chocamos como usted le hace?
Itzel: Jajajajaja ta güeno! ¿Tons qué? Chichocamos nalga?
Yo: Nomás con cuidadito, me vaya a botar casa la chingada jjjjjjjj
Igual que la gran mayoría de nuestra docena de cuadras, no volteamos a mirar el deprimente circo de la plaza mayor, donde el antiguo rito lo cumple el monigote del que se sirve el criminal proyecto en el poder desde diciembre de 2012.
Entonces alguien sube esto:
¿Argelia en los 1950s?, pregunto para los demás, y para mí: ¿En verdad están cagados de miedo? Sí, de sí mismos, de lo que están preparados a hacer a la menor provocación.
Justo diez días después el país da el brutal salto en la nada que puede conducirlo a la nueva utopía.
Entre un dolor y una esperanza que no conocía, en noviembre el azar me lleva por primera vez a Cuba y encuentro la más espléndida experiencia imaginable en promoción de cultura comunitaria.
El alimento a los sueños es tal que rindo a la ¿Me perdonas?, según la llamaré pronto: la mujer de otro país por quien suspiro desde un año atrás. Lo hago al modo de un viejo en procura de una hermosísima joven imposible, se diría, y para un amor platónico que repentinamente anuncia pasar a algo más: el día siete, fin del encuentro en el cual coincidimos. Los organizadores nos premian con la música de uno de los mil geniales grupos cubanos
Cuando la canción termina, la joven dice la frase que la bautiza: 
-¿Me perdonas?
-¿Prometes? -respondo y mirándonos fijo no sabemos qué nos espera.
Entonces alguien se acerca con la noticia, falsa sabremos luego: encontraron los restos calcinados de los 43.
No hay rincón que alivie y la hermosísima me encuentra en uno de ellos.
-Anda, vamos a bailar y juntos la pena…
No escucho el final de la frase y por la mañana del seductor queda sólo el recuerdo.
La revolución y el amor son un mismo, indisoluble acto, rezan muchas justas frases, que por momentos no bastan.
Julio César Mondragón Fontes, el estudiante de Ayotzinapa cuyo cuerpo, desollado en vida, se arrojó en una calle de Iguala tras la desaparición de los 43. El grito hoy es tuyo. Te prometemos no perdonar.
Noviembre 29, 2017
No se va quien no quiere, así que siendo las 4:45 am agarro carretera hasta siempre. 
Un setentón con mochila al hombro es buena noticia aunque no vaya a su patria prometida ni donde Ana suponía cuando empacaba mis cosas.
Muerde el frío esperando el autobús y al abrir los ojos, a pesar del sol macho que entra por la ventanilla. ¿Cuánto habremos descendido en apenas cuatro horas? ¿Mil, mil quinientos metros o más?
Siento haberme perdido esa fantástica transformación del paisaje -pues no es más por ahora- que sin falta asombra cuando se deja la ciudad monstruo hacia ambas costas. Ahora son pinos y otras coníferas cuyo nombre nunca aprendí, en un rato los copales, guajes, avizaches, cazahuates, tepehuajes, que los campesinos me enseñaron a llamar, y luego llegan las selvas, así, en plural, pues hay de varias alturas, secas hacia este costado.
En momentos parecieran tierras vírgenes y sabemos que eso no existe aquí hace mil años. Es por el despoblado a orillas de la carretera hecha sin respeto hacia los hombres y mujeres reunidos en rancherías, y por esa sabia forma para aprovechar laderas y quebradas que una agricultura ajena no reconoce como tal.
-¿Vamos? -preguntan al mediodía.
-Sí -respondo postergando la tarea de contar. 
Arriba quedó la señalización que me traía historias trágicas. Esa sierra es bien conocida por mis amigas y quizá costó la vida a Digna Ochoa. ¿Iré algún día? Hoy su amos son Templarios -no hay casualidad en el nombre, ¿verdad, Malditos de las Cruzadas?-, y a menos que para cosas suyas me lleven los compañeros seguirá revoloteando en mi imaginación. Bien visto, no sería raro: de donde vengo el "Sur geografía profunda" resulta exotismo puro. Aquí se habita.
Para subir a esta hermosa, modesta casa en lo alto, quien me acoge prendió las luces interiores del auto. Así pueden reconocerlo los halcones y sicarios locales. La extraña guerra ya no es distante, pues.


Junio 4, 2016
Ya que estalle esto, pienso a solas o con otros, y cuando veo el apabullante despliegue de fuerzas públicas me sobrecojo. Detrás tienen eso multiplicado cientos de veces y su función es advertirlo. En reserva, sus ejércitos informales (crimen organizado, paramilitares).
No imaginas la clase de guerra anunciada aquí, digo a la Inesperada, como yo mal intuyo la de tu pequeña ciudad.   
-Haz la crónica y olvida los discursos -me digo. -¿De qué? 
Nuestros buenos anunciaron marchar hacía un punto delicadísimo. Querían desquiciar a los Malditos para ir por otra, más breve ruta. Lograron a medias el objetivo y el cerco se redobló hasta tenerlos cuerpo a cuerpo. Parecía que se les echarían encima, sobre todo cuando al lado suyo aparecieron quienes nunca hay manera de precisarles la intención, pues son cal y arena. 
Lo sé gracias a E, una mujer que no doblegarán y sonríe esta vez. Recorrí cada rostro en torno preguntándome quiénes recibirán toletazos, prisión o algo peor, que no detendrán la marea hasta ¿qué? 
¿De veras creo que escribiré la crónica de aquí en adelante, necesariamente pobrísima? Hago lo posible por mirar desde dentro y hay tantos interiores que no sé por dónde empezar. 
-Están nucleando todo -dije a un hermanito.
-Sí -respondió pensando en los ambientes universitarios.  
La marcha anterior fui con él y su contingente era pequeño. ¿Quitando al magisterio, todo se reduce a muy poco? No. En cualquier caso Prende la mecha y verás cuán lejos llega, reza una máxima.
Otra vez renuncio a la crónica. Mañana habrá elecciones y aguardando los resultados escupiré tonterías. 

Septiembre 15, 2016
Debemos empezar en 1415, parece, en una ciudad por la cual debí atravesar quinientos ochenta años despúes sin hacerle demasiado caso, pues buscaba tres siglos atrás hacia su sudoriente próximo. 
Bereberes, llaman a los pueblos que desde la prehistoria habitan estos lugares, o magrebis o almorávides ahora, cuando el Islam occidental hace tiempo hizo crisis y no es la espléndida cultura cuyos restos persigo en 1990. 
Esperen, que me pierdo. Volvamos a 1415, o mejor, pocas décadas después, cuando los entonces Amadises en ciernes se echan por primer vez al Atlántico y para su civilización las islas vuelven a navegar delirante, imaginariamente.
El mundo está condenado hasta nuestros días o para siempre, si el viaje que emprendo resulta de meros buenos, inútiles deseos, ¿verdad, abuelo?
-¿Qué haces aquí, en la Costa? -pregunta.
-Sigo el rastro o huyo, cómo saberlo.
-1415, dijiste, y el año yo mas bien lo tengo como 1291. 
-No vuelvas a citar al tipo ese. Menudo farsante.
-Pero llegó.
-Siglo y medio luego de quien nos sirvió de guía.
-El efecto no fue el mismo.
-Tienes razon. Entonces vayamos atrás: 1096. 
-Terminarás en Matusalén. 
-Déjate de bromas. A 1415 y punto. O mejor: 1459, cuando el mapa.
-¿De qué coño mapa hablas?
-El que condujo a 1487.
-Cago en Dios, vaya enredo.
-Muertos es nuestro tema, ¿no? Y jamás los hubo más que allí.
Fechas, muchas fechas, todas atestadas de sangre o anunciándola a raudales, ahora andamos tras el África negra, barbarie entre barbaries.
"Durante 500 años, desde Senegambia en el Oeste hasta el litoral swahili del este, el tráfico de esclavos llevó millones de personas hasta las costas para ser llevadas a otras tierras..."4
Cuestión delicada, según nuestro autor, pues en la trata participarían Estados y comunidades negras.
-Pueblo es pueblo. 
-Nada en la historia de la humanidad fue tan cruento. 
-Y eso es mucho decir -dice mi mentor citando las palabras que juntos escribimos: 
Enfermeras y enfermeros de un psiquiátrico, agentes o testigos de un festín del gusto por el poder convertido en deseo, luego asesinados, como adelanto de miles de ajusticiamientos a cielo abierto y fosas comunes con las huellas borradas; juicios sumarios, campos de trabajo, palacios reconvertidos a base de horcas, sillas eléctricas y látigos con clavos en las puntas; padres amenazados con la muerte cumplida de un hijo para que otro, fugado, abandonase su escondite, o colgados de propia mano como único camino para escapar de la terrible elección; mujeres rotas sin remedio, que no sabían si algo más podía perderse en el periplo inútil de evitar el fusilamiento del marido; damas en fiestas populares riendo al obligar a cantar a la joven que esperaba para enterrar un cadáver producto del justo castigo ordenado a un juez por el divino verbo; hogueras de libros, ojos espiando por las rendijas de todas las horas…
No en balde al inicio de los 1950 Blas de Otero, el aún más o menos joven poeta, decía:
"Aquí teneís, en canto y alma, al hombre
"aquel que amó, vivió, murió por dentro
"y un buen día bajó a la calle: entonces
"comprendió: y rompió todos sus versos (…)
"olas de sangre contra el pecho, enormes
olas de odio, ved, por todo el cuerpo."
Y Damaso Alonso: “Hemos vuelto los ojos en torno y nos hemos sentido como una monstruosa, una indescifrable apariencia, rodeada, sitiada por otras apariencias, tan incomprensibles, tan feroces, quizás tan desgraciadas como nosotros mismos (,,,) o nos hemos visto entre millones de cadáveres vivientes, pudriéndonos todos (…) Y hemos gemido largamente en la noche. Y no sabíamos a dónde vocear.”
-Hay tanto que contar, Belarmo. No tenemos tiempo y lo nuestro ahora es otra cosa, ¿no?
-Bueno, caminemos.


Enero 3, 2018
Tuviste que regresar a casa antes de tiempo, Tic, y tu Cuac volvió a la suya.
Está al corriente ahora el diario para N y a ti se te tiene prohibida la entrada a ciertas notas, pues descubrirías mis infidelidades -jeje.
Haremos juntos mi viaje final, fue el convenio firmado ante costeño notario. En caso de incumplimiento deberás darme al enano, la casa y la cuenta bancaria. 
Los encuentros al amanecer quedan prohibidos en bien de mi salud -digo, pudiste haberlo propuesto hace dos años-. A cambio... entre ayer y hoy tuvimos siete, jeje.
Pico publicar pues no hay de otra, gracias a los enredos que haces cuando entras como autora. 
-No se toca un tema -dijiste. -Aquí "nadie se va a morir, menos ahora". 
No pongo esta canción por nosotros sino por buena.
Estaría bueno seguir la pista del amor místico, que olvidé apenas empezar. No lo hago pues soy muy torpe y concluyo boberías.
Hay en él un anhelo de continuidad, afirman cuantos leí. Es así por la conciencia de finitud.
Describí mis sueños placenteros al volverme viejo. No tenían igual en el pasado. Estonces había cuando menos algo correcto al calificarlos de místicos. 
Su quid era justamente la eternidad que así se alcanzaba, nacida entre quienes hasta ese momento no habían reparado en el otro.
-¿Por qué? -preguntaban ambos.
-No sé -respondía cada uno.
Se trataba de sueños, no ensueños, que descubría al quejarse la vejiga.
-0-
Pasa un día como si fuera un año. No nos vimos hoy. 
Desde el lunes sin agua, siendo sábado ahora, me dio pretexto para tener esto como basurero y no te ofrecería tan fácilmente la oportunidad para que te burlaras de mí, jeje. 

Lunes, 3:35 am (viene de Abismo 3).
De no haber regresado intempestivamente por N, Tic, en nuestra próxima parada habríamos encontrado a la muerte aleve y grosera. 
Allí, como en otras zonas de la región, el pueblo indígena se armó hace mucho para su autodefensa. Es una historia más o menos larga la que ayer en la madrugada condujo a "100 elementos de fuerzas de seguridad conformado por policías ministeriales y estatales, así como por el ejército" a cercos y cateos. Siguiendo antiguas prácticas, un helicóptero dio la silenciosa orden, los uniformados dispararon, hubo resistencia. Tres campesinos murieron,  treinta más están en prisión o cárceles clandestinas, no se sabe, y "existen además 40 órdenes de aprehensión". 

Marzo 23, 2018
No los aguanto más y pongo una retahila de "estados":
-Confirmo: la mayoría del país es una mierda. Tanta, que hasta se la meteremos
-La izquierda -y no solo la electoral- no entendió nada: el neoliberalismo no solo creó pobres
-En las elecciones cuentan los votos. En la lucha, ovarios y huevos. No comparen
-Democracia electoral: conciliación de clases. Utopía: Déjense de mamar, cobardes
-¿Renunciar a una nueva sociedad en el país y el mundo? Estaré pendejo
-¿Qué nos trajó al pozo de la historia? La "conciliación" (léase "los Malditos chingan")
-Hasta los tiempos del tráfico esclavo se quedan chiquitos con el presente
-Insistó: nuestra izquierda electoral siempre fue una mierda. En 30 años fue incapaz de construir un partido nacional
-Apenas nació, el PRD fue tirando por la borda a los mejores cuadros del páís
-Ora, putitxs que mamaron agusto construyendo el PRD y Morena, rindan cuentas
Y votaré, claro, por AMLO, quien hoy en una entrevista decía cosas de esas muy sensatas que lo vuelven milagro entre opositores y editorialistas groseramente estúpidos y avariciosos.

Septiembre 15, 2016 (continúa)
¿Novelo o hago una crónica recreada de mis días?  
-Ya está la cena, B.
Las sirenas, las voces del abuelo, Agustín y los demás discutiendo.  
-"Esta es la cara del Katún, del Trece Ahau: se quebrará el rostro del sol. Caerá rompiéndose sobre los dioses de ahora...” -dice un coro quién sabe dónde.
-"El mar será un fluido rojo y el cielo como sangre
"Sangre roja de guerra teñirá el mundo hasta la cumbre de los montes..."x.
Nuevas frases se suman, hasta el infinito. 
-Ya está, siéntate. 
¿Cómo describir a A entre titubeos, para tenerla en el momento que sólo puede darse una vez, si hay suerte? Aunque sea aparición, no la dejaré marchar. ¿De exigirme abandonar mi sueño, el otro, lo haría? Imposible imaginarla pidiéndolo. Creo aun que sin él yo carecería de sentido a sus ojos.
-Ella.
-Él. Apenas nos hemos tocado, ¿te das cuenta? ¿Sabes con quién pensó mi mamá que iba a casarme, cuando le conté?
Contesta mi rostro, gesto de muchachito, según el espejo. 
-Por la noche me descubrió llorando.
Algo estalla lejos con una fuerza inusitada. 
-¿Qué tan duro va a ser?
-Ni idea.
Quien se sorprende soy yo. A puede pensar que conozco en detalle cómo evolucionan los hechos, y con trabajos dispongo de información sobre este lado ahora a la espera.
-Mando un mensaje a mi hija.
Yo recibo. "¿Y eso, pa?" "¿Dónde fue? ¿Estás bien?"
Quisiera a los nietos cerca. Porque la explosión se produjo, más allá de mi demencia mayor o menor. Nunca escuché una en este país acostumbrado a sangre por toneladas. La muerte adquiere otro rostro.  
Llegan mensajes en retahila y juntos precisan el instante. El poder apuesta por una lucha interna. Congratulémonos. Había la impresión de que golpearían sin medida en un sector popular organizado, provocándose. 
-Esta noche pensemos sólo en nosotros -digo para ganar el minuto a minuto que necesitan muchos años madurados entre ambos.   
Despierto otra vez. ¿Soñé reglamentariamente o con los ojos como platos?
¿Y Ella?
-A -grito por ver si solo salió del cuarto. Amanece y el abuelo se planta en la puerta.
-Seguimos esperando.
Ando tras sus pasos. Allí están todos. Representan a La corte de medianoche que surgió de unos escritos para los nietos.
-Llegó el momento -dice él.
Callo pues quizá mal interpreto. Mi compromiso es contar sus historias, no más.
-"El mar será un fluido rojo" -recita O´Donnel y El niño de piedra se encima:
-Los blancos no son huéspedes de un momento; han llegado para hacerse amos de todo y es preciso liquidarlos. ¿Recuerdas la revuelta del jefe Pontiac?
-No debe bajarse la guardia ni cuando se cree el triunfo en las manos -vuelve mi abuelo. 
-¿Triunfar? Ahí afuera están al principio.
-El principio del final. 
-¿Sabes algo que no me hayan dicho?
-De hoy y de mañana.  
Se escuchan pasos. Es A, que viene por el pasillo.
En un parpadeo quedo a solas, ella entra.
-¿Sientes mi ausencia en la cama el primer día? 
-Pierdo la razón, veo cosas que no existen, soy incapaz de distinguir entre fantasía y realidad... incluyendo a ti.
Pega su cuerpo al mío.
-B, no desconfíes en nada de lo que pienses o sientas. Pagaste el derecho. A mí, por ejemplo.
-¿Ves? Esa frase es puro delirio.
-De los dos, entonces.
-¿Nos encontramos en el sueño de cada quien?
-Sí. Unos que empezaron hace muchísimo. 
-Demasiado diálogo -pienso. -¿Novelo y en consecuencia da lo mismo?    
Ella atiende con amoroso detalle mis gestos, el ritmo de mis silencios y palabras.
Suena la música africana que me embelesa. Sobre una sencilla, repetitiva base, es hipnótica y nuevamente ideal.
Daría la vida, sí, por Ella. Vengo haciéndolo hace ya no importa cuántos años o segundos. Siempre en el tiempo el secreto, hoy se trata de transgredirlo. Finalmente "todo lo sólido se desvanece en el aire", ¿cierto?
¿Por qué pienso o escribo eso? Anda, dímelo, A, si estás en mi cabeza y no ahí, cuerpo contra cuerpo, tan marea el tuyo, bamboleándome sin moverse. Ya caigo. Nos hablamos en silencio, ambos a través mío, y el tiempo... 
-Dime algo sobre el tiempo -le pido.
-¿Reinó?
Tú dictas, yo escribo, y los demás hacen otro tanto, ¿niéguenlo?
Dije que amanecía porque los pájaros así indicaron. El sol es un presagio por su pálido anuncio tras las montañas y la ciudad tiene calidad de sombra. ¿Cómo pasaron las horas, si Ella llegó casi apenas anochecer? 
Luego del estallido busqué fuego inútilmente y ahora hay humos en columnas por varias partes. ¿Fue un golpazo simultáneo? Imposible con tal precisión. ¿Por qué nadie llama o mensajea? El celular está descargado. ¿Sí?
-¿Y tu computadora? -pregunta A volviendo a adivinar. 
-Se fue la red.
Reviso el teléfono. Muerto. Queríamos una batalla a ras de suelo. Ya está. ¿Quién produjo los humos?, ¿ellos o nosotros? ¿Y cuáles nosotros? La organización tiene una extraordinaria horizontalidad y así el impulso queda en manos de cualquiera.
-Ni un murmullo.
¿Y los vehículos militares? La policía quedó fuera, sin duda. ¿Así nada más? ¡Tampoco pasan aviones, todo en una ciudad gigantesca! Antes en mis fantasías salíamos de entre la tierra.   
El país a minutos de que empezará este enredo era tangible, como mi participación en él.
-También lo demás -dice el abuelo.
Volteo hacia A, quien lo contempla sin asustarse. 
-¿Se pueden ver?
Contestan con un movimiento de cabeza. 
-¿Contento? Ahora atendamos nuestros asuntos. Estás adelantado varios días y así tienes tiempo de informar a los demás.
-¿Quién crees que soy? Tú dirigiste una república en guerra. Mi lugar es muy modesto.
-Hoy todos están obligados a trascenderse. Está en juego una nueva civilización.
-Sé, pero no aquí y ahora.
-Aquí y ahora, o ayer para tus efectos. Entre la explosión y esta madrugada se decidió el futuro en buena parte. En buena parte, nada más. 
-¿Y qué pretendes que haga? 
-Cuéntalo. 
-¿Cómo? 
-Ten.
Pasa un legajo: actas, publicaciones, fotos, mapas, en papel. La era cibernética parece recuerdo.
-¿Nuestros hijos cómo están, y mis nietos? 
-Bien, los cinco. Marcha de una vez. 
-¿Adónde?
-Tú sabrás.
Ella me extiende una chamarra. Está preparada para salir. 
Sí que trabajé por ti, seguro de que no te tendría, y sí que llegas a lo exacto, le digo sin decir. 
-¿Cómo es el diálogo de nuestra película?
-"¿Cuánto dura el mañana?"
-"La eternidad y un díaX." La mujer murió, él es derrota social pura. 
-Abrázame.
Fin del primer capítulo, debería escribir pues así conviene al relato. Estando en presente no hay modo. A menos que... 
-Ven, durmamos.
De súbito la ciudad susurra y se le enciman sirenas y un pesado andar mecánico.
-El ejército. ¿Qué día es?
-Jueves.
-No, la fecha.
-Dieciocho.
Reviso. Sesenta y tres mensajes.
-Ya hay señal. ¿Tu computadora tiene clave?
-Vamos. 
-Dejas esos documentos.
-Imagina cuando los muestre: actas de asamblea celebradas dentro de dos semanas, etcétera. Luego ideo la manera.
En la calle gorriones y tórtolas festejan de una extraña forma. 
-Te quiero -dice ella y nos besamos aprovechando el perfume de la jacaranda que se abre al día.
Los voceadores discuten frente al periódico en lugar de trabajar, y en cambio el ir y venir es común, a cuentagotas por la hora y sombrío, en el país del horror y sus esfuerzos para continuar como si nada.
Recuerdo los versos: "En la calle codo a codo/ somos mucho más que dos". A no comparte ni repudia mis ideas, y cree en ese dos, aunque por plazos pareciera olvidarlo, según yo, que me equivocaba desde aquéllos primeros días. 
Amor a primera vista, dicen con razón y hay casos a millones. Así fue el nuestro. Sería largo contar los mil pequeños detalles del inicio. 
-Me rindió lo que evitaba desde niña por sutil, imperiosa orden de mi padre: el desparpajo y la llana alegría -diría si le preguntara hoy rumbo al Metro.  
-Está abierto, funciona. 
-¿Tienes tarjeta? Yo, ya sabes...
Nuevamente la historia completa vacila. Uso credencial del instituto para la vejez y A ronda los cincuenta.
-Extraños caminos de Santa Utopía -pienso animándome y con un poco de humor al fin. 
Esas cavernas de la ciudad son su mejor termómetro y cuesta trabajo leerlas por el cansancio acumulado en cada una y uno y el reparo al espacio público. Hay una tensión inusual, que no puede traducirse... 

Marzo 22, 2018 (de vuelta)
El camino, el camino, sin adelante ni atrás.
¿Qué hago?, iba a preguntar en un ataque de amnesia.
Cito de memoria, para guiarlos, a tí, a N si alguna vez lee esto, y a quienes dejé.
Sonó un timbre, qué extraño. Estaba sentado, levanté el aparato, era la Mal nombrada. Nunca antes la vi llorar. Ahora duerme. ¿Qué hago, sí?
-No estoy, no estoy.
El sujeto es nosotros, aunque hable a través mío.
-0-
Ana aparece aquí, como luego Malinka, pues forman parte de la vejez que recuerda y vive también gracias a ello. Ésa al mismo tiempo presente, absurda, se creería sino fuera porque es, ¿cierto Seño, la que jamás pierde el estilo?

Agosto 27, 2017
¿Dónde fue, canija? ¿En la gelatina, el aire que de su boca me hizo respirar, al carcajearse, cuando se volvió apiradora, justo en este momento, por su mirada? Me refiero al hechizo que puso en mí, aunque según la canción debí ser yo quien lo hizo. 
Usted, quien por segundo nombre lleva Chinita, pertenece al último viaje pues de eso se trataba, diré después: de que este hombre le sirviera para conocer al unx en el cual nos resolvemos todxs.
-0-
Ana, Malinka-Sara, la Seño. Jamás cupieron los celos en mi Tic.
-¿Verdad, ama?
¡Zoc!
-Ya te pareces al abuelo.
¡Zoc!
-¡Cago en dios con los dos!
¿Por qué dejar a quien cumple mis sueños? Ahí el secreto que no importa al diario. ¿O sí? Tal vez todo empezó por Fez, o más bien por su suerte de continuidad en Santa Fé, Nuevo México.
Una mañana la Tic desapareció estando allí. Le conseguí una escuela que terminó con nuestra relación, bella y viciosa. Fueron a encontrarla desierto adentro, la mirada perdida en un ojo de agua. Se negaba a volver, aunque no tuviese lo que rondaba su cabeza: el mítico pueblo tras el cual un personaje cinematografrico escapó de sí mismoX. O así parecía, pues mucho después confesó: era Fez. Fez, a quince mil kilómetros y dos mares entremedio.
La película aquélla era su obsesión por ambos, ella y yo, como otra que transcuría en el Sahara donde un maravilloso jefe beduino raptaba a la protagonistaX, tal la Tic pensó le sucedería.
Caminar, era el propósito, sin dirección.
-Tú caminas siempre, ¿verdad, Cuac?, sin moverte -había prenguntado cuando vivíamos juntos.         

Sin fecha
Al séptimo día, simbólicamente quizá, me despierta el clamor del gato callejero que ronda la privada. Es largo, doliente y reclama. Parece de un hijo al perder a la madre.
Marcha ese pequeño ser cuyo prodigio de ingeniería natural aprecio ahora gracias a Suertudo y me pregunto por qué viene a mi puerta y se atrevió a lo que pudo costarle la vida, pues nuestros vecinos desesperan con él.
Pienso entonces en mí como otro condenado a quien por ventura dieron techo, trabajo y amor.
¿Cuánto pierdo la razón durante el proceso, soltando verdades que deliran? No te levantes, pienso, debes descansar, y no puedo quedarme en cama sin advertir antes al menos eso tan claro como los gritos del gato.
Olvido así principios que juré seguir, fumo en ayunas y tomo una foto para precisar mi deterioro. 
En casa los espejos y la cámara son benévolos y haciendo trampas -posar, escoger el mejor resultado- tengo un retrato que me muestra en buenas condiciones, incluso guapo. 
Meses después se produce el milagro: la foto que odio desde siempre trae a un simpático pequeño de tres años desdiciendo el protocolario acto familiar con un amoroso, inteligente gesto cuyo objetivo está fuera de cuadro: su valle, sus montañas, su joven, campesina hermana mayor.
Es él quien sostiene a este hombre consumiéndose mientras viaja.

Marzo 25, 2018       
Ayer, domingo, asesinaron a quien conocí hace poco y se hizo mi amiguita. ¿Por ser lesbiana, vital, combativa, del magisterio que lucha, o simplemente mujer en este país de mierda?

No sé cómo puede cambiarse eso con votos. ¿Un crudo ejemplo? En el municipio que sufre el mayor número de feminicidios, Ecatepec, Morena ganó las elecciones intermedias en marzo pasado. Repetirá ahora, sin duda, para la alcaldía. A su candidato lo inhabilitaron en enero y luego le dieron el espaldarazo. Se dice que está involucrado con las mafias criminales. 
Nada era tan alentador como el futuro proximo de nuestra área connurbada, pues perdiendo los priistas se enviaba un mensaje directo a la impunidad. Ahora...
Casi enseguida se difunde esta noticia: "Hallan muerto a César Ulises Arellano, estudiante de la UdeG." Es uno de los cinco jovenes que desaparecieron recientemente en Guadalajara, tres de ellos interceptados por la policía cuando iban a filmar un documental. Con ellos se transparentan los alcances del fenómeno en esa ciudad: dieceiséis mil casos.
¿Se puede vivir así? El impreciso cincuenta y tantos por ciento que dan la espalda a AMLO, parecen decir Sí y todos los días corren al trabajo o lo realizan en casa y hacen otras muchas cosas que se dirían con sentido. ¿En verdad sirve a alguien ese monumental esfuerzo? 

Junio 4, 2016
Pasó mañana y circula la fotografía de policías estatales que intimidan a un candidato de izquierda. En la red social publico: 
Esto van a hacer en adelante. Eso y usar a los cárteles. Ya no les basta el control mediático ni las Monex          
Y después:
Tuvimos una Revolución y una posrevolución muy activa. Luego sesenta años de priismo corporativista. Nuestra cultura política es muy compleja y desde 1988 suma una pervertida democracia formal y un peso del crimen organizado que envidiaría Al Capone. ¿Cómo se maneja eso?
Bueno, hago la crónica a mi manera.
Creí que el país estallaría al aproximarse las elecciones de 2018. Ahora espero lo haga pronto. 
Lunes hoy, el jueves los cercados empujarán nuevamente. No tienen alternativa. ¿Nuestros Malditos preparan otra noche de Iguala?
El resto de los cuadernos encuentra un final. Este aguardará. 
Llama E.
-Nos vemos a las doce. 
-0-
¿Por qué se retiró casi por completo el operativo policiaco? ¿Contó el fracaso relativo del partido gobernante en las elecciones parciales? 
Continúan llegando contingentes y el jueves lo harán de forma multitudinaria. Hoy al sur extremo un pueblo salió en defensa de quienes eran gaseados. La crónica no la haré yo sino ellas y ellos, como esa estupenda que me entregó un compañero sobre el desalojo-semisecuestro. 
Pasan unos días y tengo los testimonios sobre lo sucedido. Narran con gran detalle y la historia tiene tonos épicos y resulta doblemente esperanzadora. Hay gases que abren los poros y otros penetran produciendo ahogo. Fueron prohibidos en la primera Gran Guerra, un siglo atrás, y dan universal servicio contra la protesta. Los lanzan policías a pie, tanquetas y helicópteros. En esa jornada ahora famosa las y los compañeros pretendían cerrar una carretera, no tuvieron suerte y en compensación horas más tarde asaltaban el hotel que hospedaba a una parte de los uniformados. Les quitaron hasta la ropa. 
Para entonces el movimiento había ganado a la población local y regional. Ciento cincuenta municipios distribuidos por una agreste geografía estaban de su lado.
Pueden escuchar el relato, S y E, en un espacio que comparto con mis hermanitas y hermanitos.  
-0-
En la red social:
Empezaron los dos años más importantes desde el fin de la Revolución. Se juega el futuro
Juntemos ciudad y campo, dije a la Inesperada, y luego el hombre más agudo que conozco soltó en una charla:
Falto de recursos naturales el capital necesita otra vez tomar tierra. A una acción en la bolsa de valores no puede dársele cachetadas. Ahora nos vemos frente a frente(1). Citando también de memoria a un gran pensador alemán(2) la plática inició con un ¿Debemos empezar preguntándonos por quién luchamos? En principio y antes que nada, por los del pasado.
¿Las crónicas son así? ¿Y los hechos que deben presidir? Fabula un poco, pues el género permite todo. Hazlo al modo en el cual Chris recrea a los grandes malditos urbanos para nuestra radionovela ilustrada. Dibuja seres pequeños por miles, royendo la base de un edificio. ¿Escuchas? Su obra incansable, impura, como los trajes o las miradas que portan y no son distintas a la tuya: generaciones y más generaciones en ellas, cometiendo pequeñas maldades cuyo daño es mucho más que una bicoca. 
Acostumbras, acostumbro, pues uso en tercera persona la primera, referirte al diario asesinato del deseo, saben bien ustedes, nietos. Este caso puedo documentarlo socialmente si asomo a una frase anterior: Nuestra cultura política es muy compleja. 
Hace nueve años se produjo la mayor revuelta en décadas(X). Regional, era modélica -creaba un modelo muy eficiente, pues- y comenzó cuando el poder rompió una regla: negociar con las comunidades. ¿Se vendían? No a cambio de una dádiva sino de los recursos indispensables para reproducirse. ¿Enajenaban su libertad? Sólo una parte, y la insurrección era la muestra. Queremos todo, decían también ellas(X).
Trotsky convirtió a la huelga de 1905 en su sujeto narrativo y dieciocho años después Larisa Reisner habló por la comuna de Hamburgo. En cada caso tenían los sucesos frente a sí, como John Reed al escribir México insurgente o Diez días que conmovieron al mundo, o X y Y aquí y allá. 
¿Mi protagonista es el plantón donde confluye la lucha magisterial? No debería despegármele un minuto, entonces, y estoy obligado a ir y venir observando otras cosas que suceden cerca o muy lejos. Algunas se ocultan sin desearlo y sé que el futuro se juega en ellas tanto como en cualquier otro lugar privilegiado. La resistencia a la minería en la Sierra Norte de Puebla, digamos, acaudillada por una organización ejemplar, Tosepan(5).
-0-
¡Hago llamadas a pie de página, Ohsis!, ¿qué sucede? No perdí el sentido ya por completo, les aseguro, y quizá paso por una de las etapas más cuerdas. Es que nuestra realidad empuja como nunca antes y necesito asideros. El cuaderno entonces rompe sus reglas y nombra.
¿Se acuerdan, nietos, de mi compadre gorrión, que viene a visitarme a la casita? Según asegura la Inesperada en una de sus canciones, viéndolo desconsolado porque no me encontraba a nuestra hora convenida, lo acostó a mi lado en la cama, y yo tomé fotos de él con ella charlando en esta sala donde escribo. 
Solidario acto el suyo, que luego vuela de pretil en rama y tiene un hogar construido con varas.
Equilibristas, la Tic y este abuelo de ustedes andamos por el alambre, trastabillando y cayendo a ratos. Él se para en los callejeros con una confianza absoluta.
-0-
Hice mucha crónica social en una revista estrechamente ligada al movimiento obrero, que duraría años.
Hoy la calle se encarga, esta vez en el sur más cercano. ¿Cómo atendemos tal serie de acontecimientos? Bueno fuera vivirlos y no se puede. Lo digo por mí y decenas o cientos de miles. El monstruo se cimbra, pareciera, momentáneamente al menos. O más, en un medular punto: las televisoras caen en picada. Nada les marcha según calcularon quienes tres años atrás venían por todo. 
En las barricadas la sangre, todavía contabilizable, sumándose al terror cotidiano.
Según la fragmentada transmisión en vivo, los reportajes, las fotos, lo que dicen amigos y conocidos, larga noche vivieron en la ciudad que hace una década representó la resistencia. Entonces me informé puntillosamente, animando explicaciones de quien sabía. Sólo eso. Ahora puedo algo más y no tiene caso sino como percepción por la piel y derecho a compartir un lugar. 
Larisa Reisner no hizo notas así cuando cubría insurrecciones.
Cómo hacen falta viejos que transmitan seguridad con su experiencia de lucha. No sirvo para eso, escribo por ahí.
-0-
Nuevo día cero. Camiones militares disfrazados de policiacos -aquí eso devino en ley- pareciera que llenan una carretera. La noche espera por otro capítulo cada vez más intenso. Tanto que el partido cuya carrera es paralela se decide a sumar fuerzas. Si su líder lo hace no cabe duda: debe jugarse el todo por el todo de una vez.
Mientras, el movimiento crece y la autoridad envía nuevas fuerzas. No podrá con tanto, pienso y me equivoco. Los uniformados son cortados a medio camino por comunidades cada vez más decididas. 
Mis jornadas incluyen sin falta el campamento para tareas secundarias y continúan los testimonios. Ahora sé que la utopía se dibuja en detalle no sólo donde pensaba. Quienes luchan construyen a la vez alternativas de futuro y en mi desmesura ya no me preocupan los malditos sino cómo pueden hilarse esos nuevos proyectos. ¿Perdí el magro equilibrio mental en que vivo?

Marzo 26, 2018 (de vuelta)
No se trata de reconstuir la historia, ¿cierto, Belarmo?
-A estas alturas yo qué sé.
-Caminamos, porque lo hicimos siempre. 
-Sí tú dices.
Muere por mí ese minerín revolucionario.
¡Zoc!
-Te escuché, cabrón: minerín.
-Espera. ¿Sientes?
La tierra tiembla, nosotros nos doblamos hacia las matas en que los frutos empiezan a crecer. 
A un tiempo nuestros ojos se levantan con otros, callados, miles. 
-Va de nuevo -pareciera que dice alguien.
Jamás vimos caballos así, por briosos, salvajes, podría pensarse, sin cinchas. Forman legión. Qué importa de dónde vienen y a donde se dirigen. Mañana pagaremos por ello. Traen un distinto profeta en andas, guerrero esta vez. Y antes llevaban ¿a quién?, ¿un rey o era mercader aquél?, ¿cuál de todos, si usan este camino para cuanta cruzada se les ocurre, siglo tras siglo?
-No simplifiques tanto, crío. Sino de nada nos va a servir.
-¿Nuestra aventura tiene servicio? Hubieras dicho, abuelo. Yo bien conchudo. 
-¿Tendremos parientes por aquí?
-Si nadie en la familia salió antes de tu encrucijada.
-Pero llegaron.
-Siempre alguien aparece por primera vez, ¿verdad?
-Imagino.
-Ese Marco Polo era un imbécil, creyendo descubrir impensados países en los que milenios atrás sirvieron de cobijo a sus ancestros.
-0-
-Siéntese -me dijo a media tarde la mujer de cincuenta y tantos años que abandonó su casa cuando aún no amanecía y que ahora se preparaba para preparar la cena a los nietos, pues no había madre ni padre velando por ellos y ella era viuda.
-No, gracias -contesté en el atiborrado vagón de Metro desde donde cubriría diecinueve estaciones, tras cuatro y catorce que sumé sobre las líneas previa.
-Siéntese, le digo -insistió cediéndome el lugar.
Luego conocí su vida y cuando bajó saqué mi cuaderno.
Así los días para este viejo que no procura el pan y cambia cada tercer día su ruta.         


3 de junio, 2019
Mi hermanita laboral, D, me regaña:
"Gracias por ni preguntar cómo nos fue, puto."
Tiene razón. En mucho conservo el trabajo gracias a ella.
No voy a decirle lo que sin duda sabe y no es justificación: si olvido comer, más aparentar, pues de eso se trataba yendo a donde debía y nadie lo pidió dándolo por seguro.
Quedan dos días para resolver: ¿hago la siguiente, esta vez pesada tarea?
Vieja historia esa en los últimos años. Curso el Níger, el Magdalena, el Abajo, ahora uno sin nombre -Eúfrates, podría llamarle, fiel a mi personaje: el Idiota.
Anduve por ellos pérdida tras pérdida. ¿A qué temer hoy? La mujer de negro sigue balanceándose en una rama con amable sonrisa.
Cuando le pido disculpas, D responde:
"Solo estaba chingando" y vuelve comedia mi tragedia.

Esta vez el clip sirve también como imagen, cosa poco habitual entre nosotros. Aunque podría bastarnos con escuchar. Por flojo no encontré lo más adecuado: un gran concierto de Mozart en la Gewandhaus, sala ejemplo.
Lo que hay en él resume a nuestra sociedad, siguiendo un criterio burdo, según adelantó ¿Pesadilla final? 
Empecemos por sus ausencias. ¿Cuántas butacas hay? Se necesitarían unos dos mil conciertos para que los 571 088 habitantes de Leipzig presenciaran esta representación. 7.300 millones hombres y mujeres tiene el mundo -ya sé, soy maniático con preposiciones y demás y no gano en ritmo, jeje-. Hagan cuentas.
SEGUIRA TAN PRONTO DEVORE LA TIC CENA VIRTUAL. 
YA.
Entre los privilegiados tampoco faltan estamentos, sabían quienes diseñaron el lugar, cuyo primer
Hacia 1890.
edificio es de 1781, apenas comenzada la Revolución Industrial: frente al escenario, atrás... Centro comercial, Leipzig influía en Europa toda y se hizo a la vez polo de la cultura. Estaba preparada para ello: tres siglos antes le llamaban "ciudad del libro” y allí publicaron el primer díario. Cuna de Leibniz, recibió a Bach durante sus mejores tiempos y veía nacer a Wagner, Goethe, Mendelssohn, Schuman, Nietzche.
Calculen los recursos que para ella dejaron los siglos coloniales, aunque o justo porque Alemania tardaba en constituirse como Estado y sus barcos no visitaran el ultramar.
Que España, Portugal, Inglaterra, Francia, produjeran a Cortés, Cabral, Raleigh, Faidherbe y miles de Nostromos. La ciudad se concentraría en lo suyo.
AHORA LA CONTINUACIÓN SERÁ TRAS EL SUEÑO, QUE QUIÉN SABE CUÁNTO DECIDIRÁ ESTA NOTA.
Más fastuosos escenarios y geniales obras

29 de noviembre, 2017
Sumo al título original, La extraña guerra, uno que no corresponde, creo, pues el estado de excepción es eso, algo anormal, y aquí no tenemos nada tan constante como los asesinatos aleves, las masacres, desapariciones forzadas, feminicidios, secuestros mayormente para la trata de personas, extorsiones al empresario o la puestera y una violencia en términos laborales no menos brutal que el resto, represalias y suicidios incluidos. 
En tierras de Brian O´Donnell, a quien conocen bien, nietos, dos siglos atrás suyo se conoció la siguiente historia: 

La Reina de la Roca Gris, la señora celta que se queja en los poemas irlandeses y que aún sin sus hermosos atavíos precristianos ha seguido cuidando por la provincia de Munster, contempla impotente cómo el fuego se ceba con los campos destruyendo cosechas, frutos y aldeas, y como los hombres enfermos de comer hierbas se arrastran por la tierra y mueren para que hambrientos lobos, perros y niños se lancen sobre sus cadáveres. El culpable no es el azar o la intempestiva, enloquecida reacción de un ejército enemigo. La obra forma parte de una concienzuda política de exterminio puesta en práctica al fracasar las horcas y los descuartizamientos públicos, “la instigación de hermanos contra hermanos, la gratificación a espías, delatores y asesinos, las altas recompensas por las cabezas de los caudillos rebeldes”.
¿Imaginamos algo peor en cualquier otro tiempo y lugar? Pocos meses costó a los Amadises idos a un para ellos nuevo planeta, volver desierto originario -de seres humanos, entiéndase- el oriente de la mayor isla conocida por su civilización hasta entonces. Luego harían estallar los cielos que cobijaron a uno de los cinco centros civilizatorios de nuestra especie. Y no podemos reconstruir bien a bien la historia que por trescientos años llevaron al poeta más querido entre nosotros a escribir: 
Quien no me comprenda no comprenderá el rugido del tigre
Es mío
un hombre solo preso de blancura
un hombre solo que desafía los gritos de la muerte 
blanca*

¿En Extraña guerra, entonces, dejamos estos años de nuestra Red de agujeros llamada país?
Partí, como había prometido, y vivo temporalmente donde la muerte empieza. Sé ahora qué sienten los demás, sin faltar la Mal nombrada, la hija adoptiva, L y muchas más, cuyos hogares están en el Oeste, tierra fronteriza, ausente de leyes, que hace cuatro décadas era todavía mi Santo Lugar. 
Iba en los Pericos, como se les llamaba por sus colores. Formaban parte de los camiones que zangoloteaban matando gente entre la gran ciudad y los entornos devorados por el apuro de la industria.
De ida observaba cómo desaparecía el orden y abundancia que presumía la capital en sus regiones bien publicitadas, para saltando la sierra norte descubrir un segundo valle, semivacío, en caos, despreciado, fuera de las fábricas que aventaban sus deshechos sin preocuparse por los hombres y mujeres cuya presencia requerían en torno suyo.
Territorio fertil, pues, para cuanto se quisiera luego, al llegar los Malditos posmodernos. Ahora es el corazón mundial de las violaciones y asesinatos de mujeres.
Hoy aprobaron una ley para que esos últimos quince años palidezcan aquí y allá por el momento necesario, al menos. Eché cuentas, nietos de toda clase, y confío equivocarme. Según ellas tal vez caerán mayores pestes en torno a mis hermanitas todo alrededor, por donde también tienen su casa David, la Nirva, Mario, el Barri, la Seño, Sandra...
En consecuencia volveré a mi departamentito al fondo de la privada, para compartir desgracias. ¿Sí? 
-Piénsalo un poco, yo. No le alcanzarás a tu abuelo para cumplir lo que le privaron y...
-A cambio, conozco bien aquellos lugares.
-Los conocías.
-Hay huellas imborrables allí, profundas y secretas.
-Si eres un pobre diablo. ¿Qué harías?
-Estoy en mi último viaje, ¿verdad? Al final aguarda...
-Melodramático.
-Habitamos también ¿Una novela? Ana regresaría.
Por supuesto, bromeo, con lo que no tendría qué.
En veintiún días A cumplirá diecisiete años de muerta. Estaba subiendo muy alto la sierra donde me encuentro. Fue un accidente. Detrás cruzaban militares entre alardeos. 
Poco antes y en cierta medida por casualidad, yo había escrito artículos sobre el poblado relativamente próximo al cual estoy, donde un grupo guerrilero en formación reunió a campesinos de la zona para explicarles su propuesta.
Habían platicado en la escuela que coronaba el lugar y dormían allí con algunos fuerereños y una docena de fusiles viejos, cuando de madrugada los cercaron, quizá y ni más ni menos, mil soldados, entre ellos GAFEs, especialistas en contrainsurgencia recién entrenados.
Desde luego los campesinos -hombres, mujeres y niños- no respondieron a los disparos sueltos primero y a las ráfagas posteriores, para rendirse apenas les fue posible. 
Repelimos un ataque, afirmarían después los uniformados para justificar once muertos que dejaron, casi todos con tiros de gracia en la cancha de basquetbol donde se les entregaron.
Por cierto, otros o quizás esos mismos GAFEs -de Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales- en breve organizarían brazos ejecutores de cuando menos dos grandes cárteles y luego una mafia aparte: los Zetas.
Recordaría la historia tres años después, reconstruyendo con testimonios y guías muy confiables, el infierno que vivían los habitantes de ambas zonas y de otras en las montañas entreveradas sin pausa por kilómetros a cientos.
Hace días me mandaron corregir La muerte tiene permiso, el cuento que representó a una corriente literaria trascendental en nuestras tierras posrevolucionarias. La tenía para bien, como arma del pueblo. Luego volvería al servicio exclusivo de los Malditos. Durante estos meses vengo rozándola acumulada por cinco décadas, al escuchar a quienes padecieron o padecen ese horror.
Escucho nada más, a ratos sin ser el interlocutor directo, y aun así los relatos saben distinto, como una fibra metálica en la sopa, que se escupe para continuar el día como si nada y al dormir sigue ahí, agriando la boca.

 

Excluidos

El quizás mayor experto mundial sobre la violencia asegura que vivimos una auténtica shoa, como llamaban los nazis a su "solución final". Los excluidos deben alcanzar entonces el setenta por cierto de la población*.

A cambio, quienes restan reciben privilegios extraordinarios, aprovechando la mayor revolución científico-tecnológica en nuestra historia.

El modelo se echó a andar hace cuarenta años y lo disfruta una mescolanza de ladrones, expertos y vivillos funcionales estilo influencers. Para estos últimos hay viviendas, viajes, comercios y servicios en general -hospitales, gyms y demás- con los cuales no soñaron siquiera las generaciones previas desde el inicio de la civilización. Véase sino Instagram y Tiktok, donde "nosotros el pueblo"* apenas puede creer que existan tales robots, aviones privados, bellezas femeninas y masculinas, conocimientos científicos, recursos financieros, etcétera. 

Allí mismo, destinados y destinadas a desaparecer dan el tristísimo espectáculo de intentar imitarlos y tragan cuanta basura mediática les ofrecen, mientras otras y otras se esfuerzan en revelar verdades monstruosas. 

-Me acuso -confiesa ante un jurado la responsable de seguros estadonunidenses -de callar hace treinta años, cuando era nadie, cómo vendíamos polizas que literalmente asesinaron a millones. 

-Es secreto bien guardado -dice un prominente médico, paisano suyo -que la tercera causa de muerte es la negligencia hospitalaria. 

-Sí, Trump me ordenó lanzar misiles a México, cuando hacía la desesperada campaña por reelegirse -sostiene el ex responsable del despacho correspondiente, ante congresistas que intentan disuadirlo en dar testimonio.

-Vean estas imágenes sobre Libia, Irak, Afganistán, Siria, Yemen... ¿Quieren pasárnoslas por ocurridas hoy en Ucrania? ¿Y las otras, donde cuerpos sin vida se mostraron el lunes pasado con rigor mortis en calles que no tienen rastros de sangre? 

Ya ni referirnos a las insistentes pruebas sobre el apocalíptico cambio climático, negadas un día sí y otro también.   

Quienes se resistieron a subir al carro en los años ochentas, noventas, dos mil, pagan a conciencia deslizándose al fondo.

Apocalipsis renacentista

Apocalipsis now, robándole el título al famoso director

El anillo

-Atiende al título, Belarmo, abuelo. Es el mismo de la película que vimos. 
-En música la naturaleza es siempre Mi bemol -dice un tipo y no preguntaré nadie más sobre el Anillo de los Nibelungos, como llaman a la teatralogía toda, o sobre el propio Cantar. -Amor y poder, a eso se reduce la historia.
Vaya descubrimiento. ¿Qué triunfó en Wagner? Aquí su final, con el mismo título.

 -El amor -concluye arrebolado nuestro guía, por televisión, en una serie ¿para difundir conocimiento o treparse al proscenio del Burgtheater, director emérito o don Richard redivivo?

¿Y nosotros qué escogemos, nibelungos callejeros? ¿Se nos tomó en cuenta cuando decidieron por el oro del ring? ¿A quién le consultaron al menos que aquello valía vidas?
El Cantar se escribió ya muy avanzada la estratificación social. Para entonces los pueblos germanos llevaban muchos siglos rozándose con Roma, sabiendo de reyes, cortes y esas cosas. 
Su héroe, Sigfrido, ejemplifica cuanto es detestable: "Cuatrocientos portaespadas debían recibir la investidura al mismo tiempo que el joven rey; muchas hermosas jóvenes trabajaban con afán, pues querían favorecerlos y engarzaban en oro gran cantidad de piedras preciosas. Querían bordar los vestidos de los jóvenes y valerosos héroes y no les faltaba que hacer...
"Muchos ricos de la clase media y muchos nobles caballeros fueron a la catedral: los prudentes ancianos hacían bien en dirigir a los jóvenes como en otro tiempo lo habían hecho con ellos; allí gozaron de placeres sin número y de no pocas diversiones...
"En el patio de Sigemundo el torneo era tan animado que las salas y el palacio entero retemblaban. Los guerreros de gran valentía hacían un ruido formidable (...) Sirviéronse con profusión ricos manjares y vinos exquisitos, con los que dieron al olvido sus fatigas...
"La fiesta se prolongó durante siete días: Sigelinda la rica, perpetuando antiguas costumbres, distribuyó oro rojo por amor de su hijo (...) Nadie se atrevió a insultarlo nunca y desde que tomó las armas apenas si se permitió reposo aquel ilustre héroe."
Poder, riqueza, muerte. Solo eso se loaba. Abajo, hambre pertinaz, absoluta indefensión ante los "caballerosos" saqueos, y trabajo y más trabajo, claro.
Los Malditos presentes continúan a Sigfrido. El Cantar se haría hoy narcocorrido, jeje. 
Juro que no soy fundamentalista y respeto el Anillo y el Burgtheater, y al tipo de la tele por mí que le den un canal -el de La Mancha, por ejemplo (no se rían; alguien a quien conocí declaraba: En llegando la revolución desapareceremos los parques; menuda frivolidad representan). 
Como sea, el motivo del Sigfrid no tenía rival en miras: quería a la morra más guapa de cien reinos. Ni palabra había cambiado con ella. ¿Su buenura lo impresionaba? Más bien, creo, que ninguna otra significara un premio semejante. Porque, aquí entre nos, sobre las facultades amatorias de él dicese nada. A Crimilda puede intuírsela en besos y sofocos. Eso y ya, pues los cantores no se aficionaban por tales temas. ¿Hay eyaculadores precoces en la Iliada, etcétera? ¿O registro de cuánto dura un ayuntamiento promedio entre familias reales? (¿Hamlet se masturbaba, por cierto?) 
¿Al genio literario lo respeto y no a su materia? A través suyo habla una época y universales preocupaciones.
En realidad, el Cantar no inicia bien a bien hasta que aparecen los nibelungos. Entonces pasa de vulgar himno a padrotes medievales, a algo verdaderamente grande. ¿Sí? 
Culminemos mi rastrero reduccionismo: qué de raro si Hitler adoraba a Wagner y al Cantar.
Lo estoy usando nada más, anónimo cantor altomedieval -¿o fueron muchos?; aprovecho para condolernos por la tardía versión que necesariamente llegó a nosotros (no hubo tal antes, se entiende, sino muchos cantos particulares), pues de fundar una lengua iba también el asunto (y una patria a la vez, y ahí está quizá lo grave en este no-enredo) ((oh, letra, muerta viviente, debieron inventar la grabadora y no la imprenta, dígome yo) (((y ya entrados digo Gracias, don Fernando de Rojas y anexas, por traer al pueblo pinolero a escena, y ustedes, Quevedo y Manco lepantoso, como no amarlos con su picaresca))) ((((¿la modernidad empieza en Shakespeare, seguro, Monsieur Víctor Hugo?)))) (((((como simpático, pásesenme los excesos; entrado a erudito, que a secas me lapiden).
No escribo esto por diversión, ¿saben, nietos? Buscaba material para El último viaje. ¿Lo obtuve? Desde luego debía proceder azarosamente, que es lo mío.
¿Aquí se acaba esto? Esperen tantito, ¿va?, cuando estamos a una semana de que marche, ¿cierto, Inesperada, viaje final 2?
Creyendo a Épica, Wagner escribió para todos. Es tan nuestro como de quienes produjeron enormísimos crímenes de lesa humanidad o los que los imitan hoy. 
Denasnémonos: "Pocos han descrito mejor que Alexis de Tocqueville el trauma provocado por los movimientos revolucionarios que sacudieron Europa en 1848: ´La sociedad estaba partida en dos, los que no tenían nada y permanecían unidos en la envidia y los que tenían algo y permanecían unidos en el terror´ (Recuerdos de la Revolución de 1848, 1893). El año que vio nacer el Manifiesto comunista de Karl Marx fue también el de la redacción del poema La muerte de Sigfrido, germen del proyecto musical más ambicioso de la historia hasta entonces, la tetralogía El anillo del nibelungo.
"No obstante, según siguió el rastro de la leyenda en las fuentes escandinavas –como los Edda o la Saga de los volsungos–, Wagner fue descubriendo un fascinante universo pagano en el cual la tragedia de Sigfrido podría adquirir una dimensión moral completamente distinta a la que habían tenido sus dramas cristianos. En estas otras fuentes -de carácter más arcaico que el poema alemán- la genealogía de Sigfrido le emparentaba con el dios supremo Wotan (Odín), mientras la reina Brunilda adquiría los atributos mágicos de las valquirias.
"Es entonces cuando Wagner decidió ampliar su proyecto inicial, anteponiendo primero un drama acerca de la juventud de Sigfrido y, poco después, añadiendo dos precuelas más que relatarían los orígenes míticos de la tragedia. El plan de El anillo del nibelungo, trazado en 1852 durante el exilio en Zúrich, constaría de un prólogo, El oro del Rin, y tres jornadas; La walkyria, Sigfrido y El ocaso de los dioses. La composición de la partitura se extendería durante 22 años, hasta finales de 1874...
"La comparación entre el Anillo y sus fuentes originales constituye por ello la manera más fiable y sencilla de internarse en el siempre resbaladizo ámbito de la hermenéutica wagneriana, pues los añadidos y alteraciones realizados por el compositor ofrecen las pistas más sólidas acerca de su pensamiento y sus intenciones.
"Dicho análisis comparativo revela de inmediato, por ejemplo, que mientras las dos últimas jornadas se atienen en sus hechos principales a las fuentes literarias medievales, el prólogo y la primera jornada están sometidos a un proceso de recomposición más intensivo e imaginativo. Pero también vemos que Wagner desarrolla un notable esfuerzo por trabar entre sí relaciones entre las esferas heroica y mitológica que, en las fuentes originales, están débilmente establecidas. Nos centraremos en dos de ellas: el Ragnarök y el despertar de Brunilda."
Poco te debemos, pues, Cantar contaminado por los grotescos salmos de caballería andante.
¿Tolkien nos dirá algo al respecto? Sí, en su obra más conocida y en La nueva balada de los Völsungos y La nueva balada de Gudrún, cuando menos.
Adolf, pasaste a chingar a tu padre y madre. No hay secular patria germana según te susurraron al oído, y aquellos fieros guerreros jamás habrían trabajado en tus campos de exterminio. Andas al fondo por la Divina Comedia, como los Reyes Católicos y otros contemporáneos y prolegómenos suyos: el Rey Arturo, los Templarios y esa retahila entera.

SIGUE

X Don Carlitos es Marx. 18 Brumario de Luis Bonaparte.
X La cruzada de los niños.
X La referencia a Víctor Hugo está ahí, en el Napoléon le Petit.
X Herbert le Porrier, El médico de Córdoba; Selomo Ibn Gabirol, Poesía secular, etc.
X Victor Serge, Memorias de un revolucionario.
X Eric Wolf, Europa y la gente sin historia.
X César Vallejo.
X La eternidad y un día, película de Theo Angelopulus.
X París, Tejas, de Win Wenders.
X Bajo el cielo protector, de Bernardo Bertolucci.
X Cuaderno de un retorno al país natal, Aimé Césaire