domingo, 27 de octubre de 2019

¿Ecatepec, la clave?


Si entiendo a Ecatepec comprenderé la zona conurbada y más, me digo y dudo enseguida recordando lo que le eschuché a otra Lupita, ésta curiosa habitante de Chimalhuacán desde su primera infancia, quien cumple ahora treinta y seis años. 
Como sea, volví a nuestro antiguo Santo Lugar la víspera de los comicios estatales, en 2017, para sumarme a lo que se esperaba fuera decidida respuesta frente a un fraude inocultable. Con tino, reconoceríamos después, López Obrador contuvo el enojo, en aras de su triunfo nacional al año siguiente. 
Había regresado varias veces antes intentando levantar algo, no importa cuán modesto resultara, pues no se podía soportar ya la ola que convirtió al municipio en el lugar predilecto de los feminicidios, cuando México tenía cifras comparables a países atravesados por la guerra. 
Casos como este eran el pan de cada día: "A Dulce Cristina Payán Urvano se la llevaron de la puerta de su casa el domingo 15 de enero de 2012.
"Su hermana Abigail vendía discos detrás de la entrada del hogar y escuchó cómo Dulce se reía con su novio.
"A las 8.30 de la noche una furgoneta se detuvo y ambos desaparecieron. Al novio lo soltaron al rato, pero ella apareció muerta horas después. Tenía 17 años.
"En la sala de la casa de los Payán, la recuerdan con un altar en un rincón, decenas de osos de peluche e imágenes suyas. ´Descanse en paz´, dicen algunas, y están decoradas con dos lazos negros."
Para entonces Humberto Padgett y Eduardo Loza habían publicado un trabajo esclacedor, cuyo título jugaba, porque quienes allí violaban mujeres, para matarlas luego, tenían el amparo de los gobiernos locales, de donde salió el entonces presidente, Enrique Peña Nieto. Afirmaban que aquellos crímenes "realmente los comete el machismo (…) un fenómeno cultural amparado en la impunidad, la corrupción y la insensibilidad política.”
Como podía presagiarse, para 2018 se vino abajo el principal bastión del una vez partido oficial, formado por la zona conurbada capitalina, y en Ecatepec comenzaron a producirse protestas progtanizadas por familiares de víctimas y organizaciones fraternas. 


Así que cuando ahora un prestigioso periodista extranjero pasa brevemente por la ciudad, le ofrezco contectarlo con lo que esas imágenes sugieren como el inicio de un movimiento. No hay tal sino en ciernes y desespero sin motivo, pues durante meses intenté apoyar por esos rumbos proyectos vecinales y sectoriales que avanzan con extraordinaria lentitud o se desfiguran. 
Durante los años setentas el municipio superaba a cualquier otro en crecimiento democráfico y en la década doscientos mil habiantes se multiplicaron por cuatro. Había un solo sello allí: el ambiente fabril, con multitud de empresas y barrios de trabajadores en torno, que terminaron propiciando una Coordinadora Obera independiente.
1982 sepultó el proceso, por razones que pueden encontrarse en estos cuadernos. Así prosperó la vocación orginaria que nuestra dictadura perfecta diseñó para cuanto crecía al borde del Distrito Federal. Aquello sería un nuevo, moderno Lejano Oeste mexicano, territorio sin ley. 
La traza urbana se hizo deliberadamente caótica y crecían colonias desprovistas de redes societarias. Todo acabaría siendo posible en una ahora ciudad dormitorio. 

"Renacer desde la indiferencia": https://www.facebook.com/RedefemEdoMex/videos/389240665072306/              
"¡Señor, señora, no sea indiferente, que matan mujeres enfrente de la gente!"