martes, 22 de octubre de 2019

Latinoamérica va. Cuánto quisiera, EU...

Acá nomás, diciendo pendejadas, jeje.

Lo vemos por la bendita y maldita internet, así que no me detengo a referir o interpretar. 
¿Cuántos encuentros subcontinentales produjeron nuestros pueblos en lucha durante el último cuarto de siglo? Pongo una entrevista al azar. 
México no llega todavía al encuentro de sus hermanos pues no ha sido informado. Quienes eran responsables de acercárnoslos hicieron muy poco por socializar el conocimiento. Algunos, como quien vemos en este video, se salvan gracias a sus colaboraciones periodísticas y, seguramente, a los intercambios que alentaron entre las tendencias políticas cercanas a ellos. El resto fue, es, pichicato, y por fortuna queda al fin desbordado.
De Morena no encuentro qué decir. PRD que se refundó, debía incorporar a sus cuadros y bases al proceso y continúa obcecándose en concebirnos como ombligo del mundo. Bueno, allá él, mientras procede a autodestuirse. 
-¿Qué con Latinoamerica y el mundo todo, Obrador? -imagino que le pregunto.
-No existe -respondería.
El acumulado de medio siglo parece permitir que en Sudamérica respondan cada vez con mayor prontitud a los fenómenos locales, previniendo o alentando otros, y la izquierda mexicana podría por fin subirse al carro.
Recién Ecuador fue un triunfo y una advertencia colectivizables. En días Argentina afirmará el optimismo que quizá reforzará la vela de esperanza brasileña, si Lula sale libre, y juntos dicen a Trump y el FMI ¡Cuidado con Bolivia!, donde la derecha parece no poder reeditar una historia centenaria, aunque lo intentará. Y así Chile tal vez... 
Venezuela se parapeta mejor, entonces, y sigue sirviendo de isla, para la información, por ejemplo, y Cuba madre sobrevive merced también en parte al panorama general -perdónenme simplificaciones demagógicas. 
Vean a este retrasado yo que consigue aliviarse mientras su optimismo le permite creer que el socialismo criollo estadounidense posiblemente obrará un milagro y así la revolución mundial marcharía en verdad, cuando Washington pierde Medio Oriente.
"Sur, geografía profunda", llamo a eso entrevisto cinco o seis años apenas, estirando un concepto acuñado para Mesoamérica, cuando menos a la vista, pues quien lo concibió conocía bien el ALBA desde sus orígenes. 
Hace días, en donde trabajo hubo una charla entre escritores y políticos de la región. Creo no exagerar afirmando que se sentía el repentino mayor acercamiento producto de las últimas jornadas, cuyo efecto puede apreciarse en Telesur.
Hay una también cada vez más acusada conciencia sobre el desafió de ganar los medios. Por hacerlo viable, pues, mientras se estima mejor la ambigüedad que representan twitter, whatsap, FB y cia. 
¿No estamos ante un momento como el derivado del "ataque" a las torres gemelas -entrecomillo por si acaso- y Estados Unidos se desatiende, ahora obligadamente, digamos, al que Stella Calloni atribuye los aires propicios para el nuevo proceso subcontinental?
Si fuera así y considerando la apreciación de Robert Fisk sobre Medio Oriente, tal vez Bernie Sanders, Alexandra Ocasio y sus amigos tienen una buena oportunidad. ¿Eso significa un cambio estadounidense en política exterior?, habrá que preguntarle al político demócrata, con Chomsky y otros (https://worldbeyondwar.org/bernie/?fbclid=IwAR10ZTipVJ2dIFsndfNd6xhPocKzN9Ha-agKjd6Vdyx39tKIbmubSXpfkn8).