martes, 15 de mayo de 2018

Patrias prometidas (así, en plural)

Lo primero que leen es lo último escrito. O sea, cada nueva alineación del texto va hacia atrás en tiempo y así al jueves sucede el miércoles, etc.

-Promete que no picarás más en "compartir" -pidió ayer imaginariamente la Tic, traducida su mirada por mí a solas pensando cuál pondría si le lanzara ese discurso, y no lo haré, pues para muy mejores cosas está la amita.

Todo es un juego y no en estos cuadernos. Dejo cosas pendientes para escribirlos, como incorporarme al día sin más, enorme privilegio, entenderían ustedes, nietos, de sentirlo a media mañana quieto, quedo, el sol macho descansando un rato en nuestro patio a la sombra, los vecinos silenciosamente en lo suyo: el sastre, la pareja de puesteros que vendimian al amanecer, el taxista cuya jornada empieza en dos horas, el plomero aguardando por clientes, las jubiladas y las madres de tiempo completo, cuyo esfuerzo sostiene al mundo, dale y dale cocina y lavadero adentro.
Aprieto Publicar para informarles, E, S y demás, mientras mi barrio disfruta su tranquila naturaleza y la música...

Piedra de las doncellas quería decir, creo, su nombre anglo-sajón originario. Está hacia el extremo sudoriental de la gran isla, en lo que se llamó Canto y Tierra fronteriza. Invicta le apodaron sus habitantes, no mucho atrás realmente: siglo XI, casi cuando se sentaban las bases del mundo moderno. No pudo derrotarla ni más ni menos que Guillermo el Conquistador -Oh, my God!, digamos para estar en tono, jeje.
Imagino y no cómo son esos lugares y busco fotos. Su flora tiene poco chiste en relación a la nuestra, nietos, o a la que perseguimos y que entonces acunaba a una cultura sin par a este costado del planeta, por rica y tolerante.
Los normandos son toda una historia y vienen a cuento al rastrear antecedentes. Vikingos, les dicen también, o a unos de ellos, si quieren presumirse eruditos, nacos y nacas -daneses, ni más ni menos digo porque nada atrajo tanto mi atención como Copenhague y un tiempo Kierkegaard, a quien creí comprender contemplando esa su ciudad -si ahí donde me ven, estoy viajadón, jeje.
Doy un rodeo en principio inútil, cuyas virtudes ya aparecieron: llevarnos a los años mil -uy, ahora antójase hablar del Apocalipsis y, por ósmosis, jeje, del Paraíso perdido (dejen me quito el sombrero ante don Jonh Milton)-. Y con el milenio un pretexto para que recuerde cuán iluminado era el Islam contemporáneo. 
Empecé aquí por Robert Fisk, el mejor periodista de cuantos haya, experto en Medio Oriente. Los desinformados debemos hallar guías y él es el más propicio para mí desde sus artículos sobre la invasión a Irak en 2003.
Mi patria prometida está sobre la costa del Pacífico mexicano y no logrando quedar en ella topé una segunda, a la que llego solo virtualmente. ¿Azares del último viaje?
Según observan me atreví a nombrar allí donde debían hallarse sugerencias y no más. Nuevo mérito de nuestra aventura, que descubriéndome universal vuelve pequeño lo en apariencia grande -así lo sea.
Démosle orden a esto, empezando por una precisión: "Nada humano me es ajeno", dijo quien providencialmente cito cuando hablo con la Tic sobre el Sentimiento trágico de la vida. Repitió, más bien, pues la frase pertenece a ¡Terencio el Africano, menuda suerte! Éste nació en el siglo II a.c. ¡y su origen era bereber! 
Ciertamente, en consecuencia, nada, nada es ajeno para mí ni para nadie más. Reconocerlo hace dos mil doscientos años, se las traía, don Teren, qué bárbaro. ¿Pudo ocurrírsele, justo, por su ascendencia? Vio la primera luz ¡en Cartago, hoy Túnez! 
Allí comenzó la "primavera árabe", hace ocho años. ¿Qué fue eso, Robert?, explique, por favor, y después regreso, ¿sí, nietos?  
-No hay manera, en diez minutos -responde. -Se produjo, sí, un despertar que tenía grandes augurios. No diré más. Añadiré solo: "Israel estará mucho más seguro rodeado por verdaderas democracias que por despiadados dictadores y reyes autocráticos".
Entiendo el mensaje, creo: si se quiere saber algo más que lugares comunes...
-Aguarde, unas palabras finales: "Y, como de costumbre, serán los palestinos quienes sufrirán, con su tragedia totalmente olvidada..."  
Hay cosas que no permiten el menor juego. Si "nada humano me es ajeno"... 
Repito, pues, lo tomado de una película extraordinaria para referirme a Julio César Mondragón: "Tú nunca estuviste en Hiroshima". 
Prometo traer en un rato los links a artículos de Fisk y otros sobre las recientes masacres en Palestina, que están en Una ventana (2), como este: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=241586&titular=israel-masacra-a-decenas-de-palestinos-en-la-v%EDspera-del-70-aniversario-de-la-nakba-  
Entre otras cosas el último viaje es hacia el pasado de nuestras sociedades. Puedo gracias a uno anterior que duró ocho años. Ahora debe ir mucho más allá.
Fisk nació en Piedra de las doncellas , distrito de Canto (Kent), Gran Bretaña. Es rubicundo al estilo nórdico -no danés, por cierto- y terminó viviendo en Beirut. Imagino que algo tuvo que ver el atractivo de vegetaciones, cielos, pueblos, cálidos o torrenciales, con ricas civilizaciones milenarias a sus espaldas, frente a la parquedad inglesa, muy reciente en comparación. 
A diferencia de políticos, empresarios, turistas, corresponsales de guerra sin luces ni principios, el periodista fue con ojos bien abiertos y descubrió los entresijos, hasta rasgarse las entrañas. 
Aborrezco a Sherlock Holmes porque recreaba a la Inglaterra colonial, soberbia y autocomplaciente. Su estúpido escudero sirvió con orgullo al imperio en la India, sin duda satisfecho de los afganos cuyo rifle mandó al otro mundo -si acertaron los disparos, claro, ¿o uso la bayoneta?, pues tal insigne obra se hizo a punta de cañonazos y cercos de hambre-. Nació novelísticamente no muy lejos de Fisk, y para él eso del "nada humano" ni a patraña le sonaba.
El expansionismo ultramarino británico había iniciado en Irlanda, cuatro siglos antes, coincidiendo con la conquista del  Cuarto Continente por España y Portugal, y preparaba a Walter Raleigh y socios a iniciar el extermino de las naciones indias en la Norteamérica atlántica.
En voz de Ricardo III, Shakespeare cantaría a la ruína irlandesa y torpemente sorprende a quienes lo estudían que respetara a Otelo, gobernador de Chipre para Venecia en contienda con el imperio otomano.
Esa isla sobre el Mar Nuestro, de la cuenca mediterránea toda, era por fuerza un laboratorio humano desde los comienzos civilizatorios -allí, entre nueve mil y diez mil quinientos años contando a partir de hoy. Hay una relación para mí imprecisa, entre su primera cultura y, ah, caray con los casualidades que no lo son en absoluto, la hoy Turquía. Luego se establecieron colonias fenicias, griegas, egipcias, mesopotámicas. ¿Don William se preocupó por tu historia genética, Otelo? Así te dibujaron más tarde
¿Un negro simbólico, pues, para la cristiandad latina que llamaba moro a cuantos habitaban el África musulmana -continúan las coincidencias, Inesperada, porque en rigor hablaríamos de ¡mauritanos! (vaya casualidad, ¿no?)?  
¿Ven?, mal que bien, dar palos de ciego sirve. Entretanto leo noticias que llegan sobre Palestina y ya no soy el único alrededor a quien el tema preocupa. Falta apreciar su brutal repercusión para el propio pueblo palestino y la humanidad entera.
Lo que hace ese torpe demente al cual los mexicanos padecemos también, era inconcebible poco tiempo atrás, tengo entendido. Y el gobierno israelí obviamente no se queda atrás. Escuchen estas declaraciones cuyas resumen dice: "Disparamos a los palestinos porque no podemos meterlos a todos en la cárcel." https://www.facebook.com/irene.montero.5070/videos/1231746830296071/?hc_ref=ARSjT3JH1XZpuVqTcRdndRIIygi5a-ID-BpTvBgYAJ9CRODUZVQ5TPF7RQpsbKmbnr0  ¿Qué pensarán sus hermanos judíos dispersos en el mundo? ¿Cómo abrir la boca nunca más sobre campos de extermino nazi? 
En 2001 Fisk escribió: "Palestina: la última guerra colonial" https://www.nodo50.org/csca/palestina/fisk_5-12-01.html. (Esa página, Palestina Libre, tiene información sobre el pasado próximo y la actualidad de Medio Oriente.)
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Busco una patria prometida para todos nosotros, nietos reales y adoptivos. Será eso, promesa, inalcanzable porque para volverla nuestra deberíamos ir físicamente a ella, y uno no renuncia a sus madres, aquí siempre heridas y hoy en llagas.
Después recuperaré lo mucho sin hilvanar, para que de vuelta nos conduzca.
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Eso está escrito el jueves, creo, estamos a sábado y para aclarar me doy un ratito pues en dos horas debo salir corriendo de casa, bañarme antes...
El 7 de abril hubo un presunto ataque con bombas tóxicas en la ciudad de Duma, Siria, entonces en manos rebeldes al gobierno. Presunto, digo, pues hay una terrible guerra mediática allí, incluidas puestas en escena para la prensa.
Una semana después Estados Unidos, con aval inglés y francés, envían "misiles inteligentes" al centro de Damasco, ciudad capital, pretextando destruir instalaciones donde dice se fábrican armas químicas. ¿Para qué, si al día siguiente los observadores internacionales enviados ex professo revisarán esos puntos? 
El periodismo independiente afirma que no hay más motivo inmediato que las próximas elecciones en los tres países trasgresores. Así de ruín es la cuestión, en tierras donde una guerra civil iniciada hace seis o siete años y que escaló poco a poco- deja hasta ahora medio millón de cadáveres. 
Fue entonces que leí esas contundentes frases de Fisk:  "Y, como de costumbre, serán los palestinos quienes sufrirán, con su tragedia totalmente olvidada en medio de esta locura." 
Luego vendría lo de la embajada que se traslada a Jerusalem. 
Para mí el Medio Oriente actual es una gigantesca duda que cobró real forma con la invasión estadounidense a Irak en 2003, tras los ataques a las Torres Gemelas, producto del terrorismo supuestamente fundamentalista islámico, porque tales y cuales hechos parecieran señalar como autores intelectuales a George Bush hijo y socios, entonces amos de la Casa Blanca.
Fue entonces, advertí antes, que dirigiendo el periodico de la izquierda parlamentaria mexicana -no pregunten por qué, jeje-, conocí a Fisk.
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En los ochos años viajando por la tierra a lo largo de siglos, topé el Califato Omeya que entre fines de los siglos X al XII fue único en tolerancia religiosa y explendor cultural, cuando menos para la mitad occidental del planeta. 
Al Andalus hizo entonces nuevos avances islámicos sobre el norte africano, siempre íntimamente ligado al mediterráneo europeo, extendiendo sus maravillas hacia allí. Así conoci al Selomo Ibn Gabirol de cuyos poemas saca buen partido el Mero, y a Maimónides, el filósofo quizás más importantes en los siglos que tendenciosamente solemos llamar medievales, pues este concepto se refiere solo a la cristiandad latina. Y gracias a él hallé Fez, la joya del futuro Marruecos, adonde viajaría dos veces en cuerpo y alma para enamorar luego con sus historias a mi Inesperada. 
Aquello representaba una isla en los paseos hacia el pasado, que dolían riteradamente por la sangre y la injusticia esparcidas. 
Era un sufrimiento soportable, que no paralizaba, como el que ahora producen Palestina y Siria y hace poco Irak.
Mi último viaje es hacia el ayer y el hoy profundos. ¿Cuánto podré completarlo?
Suena la alarma del reloj. Hay que marchar al trabajo. 
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Regreso agradeciéndome no compartir la nota. Cuando se publica, donde sea, hay una cierta frívola alharaca. Encuentro una sola alternativa para informar seriamente a los demás: construir un uno universal.