lunes, 4 de mayo de 2020

"La cruel pedagogía del virus" o "El futuro puede comenzar hoy"

Hay algo estimulante en trabajar para quien tope conmigo sin quererlo o hurge. Cinco, sesenta o quinientos, no más, cada día o de tanto en tanto. Me siento un personaje enigmático, jeje.

-Sino crecí en Silicon Valley, abuelo, pertenezco a la primera generación con computadora personal e internet, y mírame, incapaz de controlar pinchurrientos links. ¿Dónde carajo está ese pdf?
-Aquí, mastuerzo: https://www.dropbox.com/s/lvg1o3d26r8pxpf/La-cruel-pedagogia-del-virus.pdf?dl=0&fbclid=IwAR3vewuHq5z_IKMhjFVLmyk0aH5Gkm69-esfoxLPoi9yTtCSKhMP84TmU48. Es que tienes una máquina de mierda.
-Pues cómprame una buena.
-Hay intangibles e intangibles y no tengo acceso a Mastercard por fecha de nacimiento. Para 1892 no da el calendario que ponen. 
-Ahora no baja la susodicha chingadera. 
-Ya lo dijo Kaliman.
-¡Conoces el cómic mexicano! Vaya, vaya.
-Siempre al alba, yo.
-Y hablas como chilango.
-Soy ciudadano universal.
-La verga, qué. -Eso lo pensé pues, en diciéndolo rómpeme, la madre el señor. 
-¿Y "la pegagogía"?
-A ella no tengo el gusto...
"¡Para, carajo!"
Entremos en materia empezando por lo básico:
"El colonialismo y el patriarcado están vivos y se fortalecen en tiempos de crisis aguda. Las manifestaciones son múltiples y aquí se mencionan algunas de ellas. Las epidemias (el nuevo coronavirus es la manifestación más reciente de ellas) solo se convierten en problemas globales graves cuando se ven afectadas las poblaciones de los países más ricos del norte global. Así sucedió con la epidemia del SIDA. En 2016, la malaria mató a 405.000 personas, la enorme mayoría en África, y eso no fue noticia (...) Por otra parte, los cuerpos racializados y sexualizados son siempre los más vulnerables ante el brote de una pandemia (...) Cuando ocurre el brote, la vulnerabilidad aumenta, ya que están más expuestos a la propagación del virus y se encuentran en lugares don-de nunca llega la atención médica: favelas y asentamientos pobres de la ciudad, aldeas remotas, campos internamiento de refugiados, prisiones, etc. (...)
"Finalmente, en situaciones de emergencia, las políticas de prevención o contención nunca son de aplicación universal. Al contra-rio, son selectivos. Algunas veces son abierta e intencionalmente adeptos al darwinismo social...
"Estoy seguro de que en el futuro cerca-no esta pandemia nos dará más lecciones y que siempre lo hará de manera cruel. Si seremos capaces de aprender es una pre-gunta por ahora abierta."
-Ya.
-¿Y lo no básico?
-No dice.
-Estamos aviados.
-¿Perdimos el tiempo esta madrugada?
-Volvamos a Ecuador. Más aprendemos en las calles que en los libros.
-Lo que pasa es que calles en el mundo y sendas y demás debe haber putimillones.
-Tú, arrea.
Esto es del 10 de abril.
"Darwinismo social"... ¿En el país cuyos pueblos indígenas recién detuvieron al FMI?
"El coronavirus ataca las cárceles y cientos de miles de presos son liberados
"El virus se ha propagado rápidamente en prisiones sobrepobladas en el mundo, lo que ha llevado a los gobiernos a liberar a los reclusos en masa." NYT
Credit...Lucas Lacaz/Agence France-Presse — Getty Images

"La pandemia también desencadenó rebeliones de prisioneros, puesto que los presos enojados han hecho que se preste atención a los problemas crónicos de los sistemas correccionales en muchos países, incluidos el hacinamiento, la suciedad y el acceso limitado a la atención médica."
-Espera, abuelo, hay algo más en ese pdf: "El futuro puede comenzar hoy
"La pandemia y la cuarentena revelan que hay alternativas posibles, que las sociedades se adaptan a nuevas formas de vida cuando es necesario y se trata del bien común. Esta situación es propicia para pensar en alternativas a las formas de vivir, producir, consumir y convivir en los primeros años del siglo XXI. En ausencia de tales alternativas, no será posible prevenir la irrupción de nuevas pandemias que, por cierto, como todo sugiere, pueden ser aún más letales que la actual. Seguramente no falten ideas sobre posibles alternativas, pero ¿pueden conducir a una acción política para lograrlas? A corto plazo, lo más probable es que, después de que termine la cuarentena, las personas se quieran asegurar de que el mundo que conocieron no haya desaparecido. Volverán a las calles impacientes, ansiosos por circular libremente otra vez. Irán a jardines, restaurantes, cen-vas posibles, que las sociedades se adaptan a nuevas formas de vida cuando es necesario y se trata del bien común. Esta situación es propicia para pensar en alternativas a las formas de vivir, producir, consumir y convivir en los primeros años del siglo XXI. En ausencia de tales alternativas, no será posible prevenir la irrupción de nuevas pandemias que, por cierto, como todo sugiere, pueden ser aún más letales que la actual. Seguramente no falten ideas sobre posibles alternativas, pero ¿pueden conducir a una acción política para lograrlas? A corto plazo, lo más probable es que, después de que ter-mine la cuarentena, las personas se quieran asegurar de que el mundo que conocieron no haya desaparecido. Volverán a las calles im-pacientes, ansiosos por circular libremente otra vez. Irán a jardines, restaurantes, cen-amigos, regresarán a rutinas que, por más que hayan sido tediosas y monótonas, ahora parecerán tranquilas y seductoras.Sin embargo, volver a la «normalidad» no será igual de fácil para todos. ¿Cuándo se reconstituirán las ganancias anteriores? ¿Es-tarán los empleos y salarios esperándolos y disponibles? ¿Cuándo se recuperarán los re-trasos educativos y profesionales? ¿Desapa-recerá el estado de excepción creado para responder a la pandemia tan rápido como la pandemia? En los casos en que se hayan adop-tado medidas de protección para defender la vida por encima de los intereses económicos, ¿el retorno a la normalidad implicará dejar de priorizar la defensa de la vida? ¿Habrá un deseo de pensar en alternativas cuando la al-ternativa que se busca es la normalidad que existía antes de la cuarentena? ¿Se pensará que esta normalidad fue la que condujo a la pandemia y conducirá a otras en el futuro?
Al contrario de lo que uno podría pensar, el período inmediato posterior a la cuarente-na no será favorable para discutir alternati-vas, a menos que la normalidad a la que las 
Tengamos en cuenta que, en el período inmediatamente anterior a la pandemia, hubo protestas masivas en muchos países contra las desigualdades sociales, la corrupción y la falta de protección social. Lo más probable es que cuando finalice la cuarentena, regresen las protestas y los saqueos, sobre todo porque la pobreza y la pobreza extrema aumentarán. Al igual que antes, los gobiernos recurrirán a la represión en la medida de lo posible y, en cualquier caso, intentarán que los ciudadanos reduzcan aún más sus expectativas y se acos-tumbren a la nueva normalidad.Ante la ausencia de alternativas, ocurrirán otras pandemias, pero esa probabilidad ya no es un problema político. Los políticos que enfrentaron esta crisis ya no serán los que tendrán que enfrentar la próxima. En mi opinión, este no será el caso si la ciudadanía organizada (partidos políticos, movimientos espontáneas de ciudadanos y ciudadanas) resuelve poner fin a la separación entre los procesos políticos y civilizadores que tuvo lugar simbólicamente con la caída del Muro de Berlín. A partir del norte global, este evento político consolidó la idea de que no había alternativa al capitalismo y a todo lo que él conlleva. Hasta entonces, al menos desde principios del siglo XX, el debate sobre las alternativas al capitalismo tuvo lugar en el seno del proceso político y este, a medida que las discutía, asumía una dimensión civi-lizadora. Se colocó en la agenda del debate a aquellas alternativas económicas, sociales, políticas y culturales que apuntaban a hori-zontes poscapitalistas, modelos de desarro-llo, vida y sociedad que mitigarían la agresión cada vez más intensa contra la naturaleza inducida por el capitalismo y todo lo que él implica. La gran mayoría de tales alternati-vas no tuvo nada que ver con las soluciones que prevalecieron del otro lado del Muro de Berlín (el socialismo soviético), pero su mera existencia legitimaba que se discutiesen otras alternativas. La articulación entre los procesos políticos y procesos civilizadores consistía en ello.Con la caída del Muro de Berlín, esta articulación se deshizo. Los debates polí-ticos comenzaron a limitarse a la gestión por el (des)orden capitalista vigente, y los debates civilizadores, a medida que conti-nuaban, comenzaron a suceder fuera de los procesos políticos. Esta separación fue fa-tal porque, con ella, las sociedades dejaron de pensar en alternativas de vida que re-dujesen fenómenos como el calentamiento global, los llamados desastres naturales, la pérdida de biodiversidad, la ocurrencia cada vez más frecuente de eventos climá-ticos extremos (tsunamis, ciclones, inunda-ciones, sequías, aumento del nivel del mar debido al deshielo de los glaciares) y, como..."
Sigue en la página 82 del pdf.