Para hacer lo que se necesita en este caso, tardaría años.
-La música va ahora por fuerza, para lucir estas notas al publicarlas, abuelo.
-¿Maíz, trigo, arroz...?
-No jodas más.
-Espera y verás. ¿Luego, no quería hacerse la revolución en los años setentas? -pregunté a quien quería regresarnos a entonces. -Y me refiero no solo a aquéllos que se alzaron en armas, unos con pueblo y otros en solitario, sino a nosotros, cuyos días atestiguaban el cotidiano asalto al poder por obreros, campesinos, ocupantes de predios urbanos.
-¿Nosotros?
-Es un decir, Belarmo, porque había allí de todo y no sé cuántos compartían las extragavantes visiones que, según digo y no puedo precisarlo, me acercaban a Filiberto.
-¿De cuándo estás hablando?
-Años 1970.
-Leí tu San Ecatepec y lo otro.
-FAT, cincuenta años... El primero, simplemente cálido, y este último mal hecho y no solo por culpa mía. En todo caso, poco encontrarás de las preocupaciones que ahora nos traen aquí. Debería pedir ayuda a Chuy, Luis y Manuel, el amigo del segundo Jesús, y no puedo.
-No entiendo nada.
-Y yo muy poco, aunque nada me importó tanto. Esa década fue complejísima. Chuy, por ejemplo, quien comprueba que el movimiento estudiantil no terminó el 2 de octubre y continúa mal contado, en asamblea aprobó con muchos más "ir al pueblo".
-Eso suena a maoísmo.
-Y trosquismo, creo, aunque usara otras palabras, seguro. Como sea, el carnal abandonó la carrera y fue a Durango, sino me equivoco, para vivir a lo pueblo. Tiene pantalones el ex polito y debería explicarnos por qué no escogió las guerrillas.
-Tus cercanos tampoco.
-¿Cuáles? ¿Quienes en 1976 dijeron Para juventud vivida románticamente, basta, y a los que nos truje Chencha? ¿Los que parasitándonos convencerían a algunos de esperar treinta, grises años, y así vacunarlos contra el movimiento popular? ¿O aquéllos, más fieles a las ideas, cuya actividad se entrecruzaba con Chuy y los próximos amigos de Carolina, eficientísimos y practicistas, obrando, concientemente o no, amparados por nuestra dictadura perfecta?
Había una revolución en marcha, créanlo o no, y no era vía armada, por el momento al menos. Pregunten a Medalla de Oro, Cinsa-Cifunsa, Civac, Vidriera y Alumex, Spicer, que no fue como nos contaron; los gremios guajajuatenses de calzado y confección, el Fente Sindical Yucateco, las luchas inquilinarias defeñas, los maestros disidentes, etcétera.
SIGUE
