-No, no soltaré mis estupideces, abuelo.
-¡Carrujos a mí, para metérselos a este en salva sea la puerta!
-Bueno, haré ridículo.
Érase que se era Nicolás Maduro dando una conferencia inusitada, según yo. Tan tranquilo como si al régimen venezolano le quedaran los mil años previstos por Chávez, espetole a Trump un Cuidado, no sigas metiéndote con nosotros, pues el único sólo aquí puedes ser tú.
Puso a China como ejemplo mundial, reiteró el apoyo ruso y sobre todo, quizás, vaticinó la muerte política de Trump, haciendo múltiples guiños al pueblo estadounidense.
Para ese momento una joven devota de Martin Luther King Jr., Michelle Alexander, volvía como inesperadamente a denunciar a Israel por los destrozos en Medio Oriente.
La respuesta del conservadurismo USA fue muy agresiva. Tal vez empieza a temer al nuevo socialismo nacional, que prolifera y permite a Bernie Sanders promover un Frente Progresista Internacional.
-Termina.
-¡No, Belarmo!
-¡Anda!
-Está bien:
Con suerte, Venezuela será el punto de quiebre planetario.
Don Robert -Fisk, por supuesto- écheme una mano para entender.
viernes, 25 de enero de 2019
jueves, 24 de enero de 2019
1986, digamos, y AMLO 2019
¿El principio del fin, debió llamarse el capítulo que mi trabajo dedicaba a la crisis ochentera?
Sin
exageración, para los pelos de punta observar cómo para las clases populares desciende
el nivel real ingresos, el grado de escolaridad de sus miembros, la cobertura y
calidad de los hospitales públicos destinados a ellas; su incorporación a la
cultura escrita, que es un instrumento central en la conquista de
oportunidades…
De
1983 a
1988, en la cima del crecimiento poblacional, el presupuesto para la educación
desciende en casi 30% y el de la salud en más de 23%. A finales de la década,
el promedio del consumo de calorías apenas alcanza la mitad del recomendado por
los organismos internacionales, y el de leche y sus derivados cayó en un 50%.
Tan sólo de 1981 a
1984, el costo de la canasta básica se duplica, en relación a los ingresos[1].
Cosas
que se diría sin trascendencia, obran de modo muy poderoso en contra del
presente y el futuro de los sectores populares. Como la caída sin precedentes
en la producción de historietas, fotonovelas, revistas de difusión muy simple
del conocimiento, con las que el pueblo encontraba un relativo alivio al
analfabetismo funcional, según se llama a ese aprendizaje de las letras y los
números que sirve apenas para cumplir las demandas a la fuerza de trabajo en la
industria, el comercio, el transporte, etc.
Algo
similar puede afirmarse de la falta de acceso que pronto sucederá, a la
revolución traída por las computadoras y el Internet. Quedará reservada a un 20
ciento de l@s mexican@s, desplazando de sus puestos a cientos de miles de
hombres y mujeres de las “clases bajas” y “medias bajas”, y dejando en un
increíble rezago a los millones de jóvenes y niñ@s que dependen de ellos.
Y
es así justo cuando hacia 1980, por el encuentro de grandes yacimientos de
petróleo y el aumento en los precios de éste, el presidente de la república en
turno, con una sonrisa de oreja a oreja, anunciaba a la república que debíamos
prepararnos para administrar la riqueza.
A
partir de este momento, cada vez más se convierte en infructuoso lo invertido durante
años y con enormes esfuerzos por esas familias del pueblo. Han hecho cuanto
pudieron para que quienes están en el mercado laboral dominen un oficio y para
que los hijos cuenten con una educación muy superior a la de los padres. Y de
súbito los esperados pasos hacia delante, se vuelven en pasos hacia tras. Quedan
pues condenadas cada vez más a la dependencia, ensanchando el abismo con los
grupos privilegiados.
Entretanto
aparecen en el país las primicias del modelo neoliberal, que se acompaña por
una revolución tecnológica cuyas dimensiones recuerdan a la que acompaño el
surgimiento del capitalismo.
Ello
significa el inicio de un reacomodo en las ramas industriales, demandando la
extraordinaria reducción de algunas, como las del hierro y el acero, la
reconversión de otras, del tipo de los electrodomésticos, y el surgimiento de
nuevas, en particular las vinculadas de forma directa a la electrónica y la
informática.
Significa
también nuevas relaciones laborales, que reintroducen la flexibilización de la
fuerza de trabajo.
En
1986 se acude al cierre de una fábrica cada tercer día, con la pérdida de la
fuente de trabajo directa de 120 mil obreros y obreras, y la indirecta de otros
900 mil, y a la afectación de contratos colectivos y, para cuando menos 50 mil
de trabajador@s, marchas atrás en su lugar dentro de las empresas. Un ejemplo trágico
es Ciudad Sahagún, Hidalgo, que una periodista ve caminar “rápidamente a la
idea de pueblo fantasma”, pues de la planta laboral de 31 mil compañeros, en
1981, se pasó a sólo ocho mil[2].
De
una inusitada manera, en un régimen que había puesto especial énfasis en el la
creación de puestos de trabajo, la tasa de desempleo alcanza a la quinta parte
la población económicamente activa. Eso, sin tomar en cuenta el subempleo y
autoempleo, que en adelante serán un rasgo distintivo de la economía nacional, en
un aumento sin pausa.
Las
puertas para que el proceso se desenvuelva con los menores conflictos posibles,
la despejaron en la segunda mitad de los 1970s las reformas procesales a la Ley Federal del
Trabajo (LFT), que de ese modo pierde su única parte noble, concebida a fin de
apuntalar al aparato corporativo: la garantía a los y las trabajadoras de que pueden
acceder a mejoras, si luchan por ellas o dejan que los sindicatos oficiales las
obtengan a su nombre, mediante el sistema de balanzas en el cual descansa el
régimen.
El
artículo 919 de la LFT
determina ahora que los patrones pueden aumentar o disminuir personal, la
jornada, la semana de trabajo, los salarios”, etcétera, Con ello también los
charros empiezan a sufrir y profundizan su espíritu mafioso, que a la larga se
traducirá en casi sólo contratos de protección.
¿Cómo
se modifica entonces el mapa recogido en los censos? En él había unos 118 mil
establecimientos de la industria de la transformación, de los cuales alrededor
de 106 mil pertenecían a la pequeña industria, cerca de 5,500 a la mediana
industria, y apenas 412 (el 0.3%) a la gran industria?[3]
-0-
Treinta
años después se produce la huelga parcial maquilera en Matamoros. Esta
en curso cuando escribo e inicia por un decreto de AMLO para aumentar al
doble el salario mínimo fronterizo norteño. ¿Intenta disuadir a
nuestros paísanos que crucen a Estados Unidos? ¿Fue tratado con Trump y
se vincula con los proyectos gubernamentales para el sur-sureste, cuyo
proposito es reeditar el fracasado Plan Puebla Panama?
¿Cúanto realmente están en movimiento las y los trabajadores tamaulipecos? Pasan diez días y no logro saberlo, pues apenas ayer la huelga fue reportado por los diarios como gran acontecimiento que inicia y los sindicatos independientes no dicen nada sobre ella. Más todavía: otro periódico cabecea: "La huelga se termina en 12 de las 44 maquiladoras en paro", ¡tras negociar con el mísmisimo Sindicato de Jornaleros y Obreros Industriales y de la Industria Maquiladora (SJOIIM)!, creado para controlar al gremio.
Alguien cercano fue a Matamoros representando a una pequeña organización de izquierda, envía inciertos comentarios públicos y así sus contrapartes en otros países detienen la campaña que comenzaron por todo lo alto.
Alguien cercano fue a Matamoros representando a una pequeña organización de izquierda, envía inciertos comentarios públicos y así sus contrapartes en otros países detienen la campaña que comenzaron por todo lo alto.
[1] Esta serie de datos provienen de Frente
Auténtico del Trabaja. Allies across the border, el mencionado libro de
Dale Hathaway, en el capítulo que titula "In
the Era of Crisis".
[2] El artículo se llama "Los Saldos
de la
Modernización Industrial", y fue publicado por Sara Lovera
en el número 57 de la revista La Modernización en PEMEX, de enero-febrero de 1987.
[3] Página 6 de la ponencia "La
política de relaciones y alianzas", que forma parte de los documentos del VI Congreso del FAT.
Cito para trabajadorxs y no para académicos.
Cito para trabajadorxs y no para académicos.
miércoles, 23 de enero de 2019
Dilemas
"Si
un árbol cae en un bosque y nadie está cerca para oírlo, ¿hace algún
sonido?", habría que preguntarle al autista yo, quien cree no existe
sino lo por él percibido y como veo cedros, oyameles, pinos, uno por
uno, y pierdo la sierra, ustedes, nietos, ateniéndose a mí, del México
2019 sabrán nada cuando crezcan.
Últimamente ya ni a las grandes noticias atiendo hasta que ellas me obligan."Familias prefieren meterse al huachicoleo que ser peones agrícolas" titula un diario. “Ganan 500 pesos como halcones (vigilantes) en el huachicol y 250 o 300, como ayudantes en el campo, pues prefieren el dinero fácil”, puede leerse después. Los escenarios son los mismos que presenciaron "la guerra contra el gasolinazo", cuya crónica empecé dos años atrás, como premonición (Cronicar).
Nada exhibe tanto nuestras pústulas nacionales.
Mientras, al noreste se produce el mayor acontecimiento fabril en décadas: "Unos 30 mil trabajadores de 42 maquilas de Matamoros comenzaron ayer un movimiento de huelga". La esperanza renace, pues, donde nadie lo creería tras que inició eso llamado "guerra contra el narco".
Todavía en 2004 escribí:
La huelga que se produce en 2019, necesariamente resulta de un largo trabajo organizativo y desafía eso incalculable quince años atrás, pues no hay región más castigada por el crimen organizado y las fuerzas y funcionarios públicos y empresarios involucrados con él. Ni siquiera esas fantasmagóricas plantas golondrina sabían antes lo que vendría. ¿O sí? ¿Ya capitalismo del fin del mundo, abrían camino al régimen cleptocrático?
Para 2010 hice El corrido de los tercos, que conmemoraba cincuenta años del Frente Auténtico del Trabajo. Su resumen sobre este tema lénalo en información en 1986, digamos, y AMLO 2019. Iniciaba así:
En el año 2000 Dale Hartheway, un hermano sindicalista de los Estados Unidos, escribió: “Los corridos mexicanos cantan al dolor y al orgullo, al gran amor, el gran valor, las grandes traiciones y los grandes sufrimientos. Y en su voluntad de contar la historia de la gente común, que ríe a través de sus lágrimas, es un testimonio de la determinación del pueblo para que lo más importante –sus sueños, su dignidad- sobreviva”[1].
Las luchas de los trabajadores y las trabajadoras de México son como eso: un corrido que se canta hace mucho y se renueva cada día, entre las mayores carencias y los más brutales abusos del poder. Un corrido, sí, en el que como bien sabe Alfredo Domínguez, “avanzas, peleas, ganas, retrocedes, avanzas, peleas, ganas, retrocedes”, una y otra vez.
¿Al final para qué? Para construir un sueño, al que desde siglos atrás se le llama utopía. Es el sueño de una sociedad justa, democrática, solidaria.
Uno mira al país de hoy y pareciera que años y años de huelgas, tomas de tierras en el campo y en la ciudad, enfrentamientos con fuerzas públicas, organización y más organización, sirvieron para nada. Que se acabó el corrido, que se acabó la utopía. Que cada vez más los de siempre –grandes empresarios, políticos corruptos, jueces vendidos al mejor postor- todo lo silencian y controlan.
Pero no es cierto. El corrido sigue, la utopía continúa, las más de las veces calladamente, construyéndose tan poco a poco como cuanto hace el pueblo y cuanto merece la pena. Ahí andan los sueños, que no sólo están en la cabeza, que van cobrando forma y no pararán.
Últimamente ya ni a las grandes noticias atiendo hasta que ellas me obligan."Familias prefieren meterse al huachicoleo que ser peones agrícolas" titula un diario. “Ganan 500 pesos como halcones (vigilantes) en el huachicol y 250 o 300, como ayudantes en el campo, pues prefieren el dinero fácil”, puede leerse después. Los escenarios son los mismos que presenciaron "la guerra contra el gasolinazo", cuya crónica empecé dos años atrás, como premonición (Cronicar).
Nada exhibe tanto nuestras pústulas nacionales.
Mientras, al noreste se produce el mayor acontecimiento fabril en décadas: "Unos 30 mil trabajadores de 42 maquilas de Matamoros comenzaron ayer un movimiento de huelga". La esperanza renace, pues, donde nadie lo creería tras que inició eso llamado "guerra contra el narco".
Todavía en 2004 escribí:
“Ahora todo ocurre tan rápidamente que no puedo seguir
el ritmo (…) Cierras los ojos un momento, o te das vuelta para mirar a otra
parte, y aquello que tenías delante ha desaparecido.”
La novela de Paul Auster vino a la cabeza de uno al
inicio de la reunión anual de la Coalición Pro Justicia en las Maquiladoras. Y
con la novela un libro de ensayos de Martin Berman: “Todo lo sólido se
desvanece en el aire”.
La novela y el libro se escribieron en los 1980, durante
los inicios del proceso mundial que trajo a México, ya en cascada, las plantas
a las que buenos motivos se les niega el nombre de fábricas y cuya tardanza en
aparecer a la vista inquietaba ahora, en el paseo que nos daban en un camión y
un microbús.
Era el tercer día de descubrir un mundo en el cual se
revela descarnadamente lo que mueve al mío. Pareciera tenerse tan poco en común
con la vida cotidiana de estas mujeres, sobre todo, y de estos hombres, como
las de ell@s entre sí: trabajador@s de las maquiladoras del norte, oaxaqueñ@s y
chiapanec@s que apenas empiezan a toparse con ellas, y activistas sindicales,
religiosos y de causas ciudadanas de Estados Unidos, Canadá, Honduras,
República Dominicana, Holanda, Corea…
Poco tengo que ver en apariencia, pero se diría que
mis quejas de todos los días, las de mi hijo mayor y los amigos, las que
escucho o presumo en el Metro o en la calle de la ciudad monstruo de donde
vengo, aquí anuncian sin dudas, y no sólo sospechan a lo vago, un destino
sobrecogedor. Por eso la novela de Auster me anda por la cabeza con sus
visiones de futuro en las cuales el presente se proyecta y se revela.
Desde el camión y el microbús que nos llevan a la
visita al parque industrial, las extraordinariamente dispersas orillas de Río
Bravo, Tamaulipas, improvisada como ciudad justo durante las últimas dos
décadas, quedaron unos diez kilómetros atrás y no topamos sino la pobre hierba
tropical que permiten los arenales de la región. El llano tiene un aire no de
campo sino de lote baldío, que reconoce cualquiera que haya nacido en las
afueras de una urbe, enfebrecida por crecer. Un lote baldío inmenso.
Por una interesante serie de motivos, las zonas
fabriles se levantan siempre en lugares retirados, pero esto es un exceso
inexplicable incluso considerando la presencia de Reynosa, la ciudad contigua. ¿Por
qué aquí las colonias obreras no crecen cerca de las plantas, si de seguro
nadie espera fraccionar para gente de mayores recursos estas tierras flacas?
¿Hubo quienes creyeron en una proliferación sin fin de las “golondrinas”, como pronto
llamaron a las maquilas?¿O fueron las protestas de los primeros años por sus
efectos sobre las comunidades, las que crearon este colchón?
La Coalición tiene sus orígenes en una reunión
celebrada en 1989, que resultaba de la angustia y de un una cierta dosis de
ingenuidad: la libertad irrestricta del capital, de la cual eran producto los
acuerdos comerciales que conducirían a la firma del Tratado de Libre Comercio
de América del Norte (TLCAN), podía frenarse. Las fuerzas que se reunirían para
ello no eran despreciables: las dos mayores centrales sindicales, grupos
ecologistas y comunidades de numerosas las Iglesias cristianas, algunas con
acciones en empresas trasnacionales. Todos ellos de los Estados Unidos. De
México asistían trabajador@s de las maquilas, a solas o en pequeñas
organizaciones
Para entonces General Motors, Johnson and Johnson,
ITT, Dupont, Azarco, General Eletric y otras muchas corporaciones habían
montado plantas a lo largo de la frontera mexicana. Decenas de miles de empleos
se perdían en Detroit, Chicago, etc., y poblaciones de la franja próxima al
norte del Bravo conocían lo que se calificaba de epidemias de enfermedades
degenerativas relacionadas con tóxicos.
En Brownsville se seguía con alarma la forma en que en
Matamaros, a tiro de piedra, la llamada Hilera Química arrojaba a las
corrientes de agua cantidades de xileno que rebasaban 53 mil veces las normas
ambientales, y el pentaclorofenol, un célebre cancerígeno, andaba libre por el viento.
Al cabo de dos años en la población texana se registraban 36 casos de niñ@s que
nacían con cerebros incompletos, y los abortos indeseados advertían convertirse
en tema de todos los días.
Allí mismo y en otras ciudades de Texas, de Nuevo
México, Arizona y California, los centros maquileros de Nuevo Laredo, Ciudad
Juárez, Nogales, Tijuana y demás, las emisiones del propio xileno, de
petroleum, de naftalina, metileno, etilbenzeno, cromo, plomo… alcanzaban
proporciones de hasta 250 mil veces por encima de los estándares aprobados, y
aumentaban los enfermos de lupus, leucemia y otros cánceres.
Si las organizaciones de los Estados Unidos
representadas en la Coalición que se formalizaría en 1991, aspiraban a detener
el pandemonium que daba la impresión de presagiarse, debían actuar más allá de la
frontera, donde por lo obvio la historia se repetía geométricamente, de modo
que, por ejemplo, los recién nacidos con anacefalia en Mamamoros, Nuevo Laredo
y su entorno no eran 36, como en Browsville, sino justo diez tantos más: 360.
En esa misma zona de Tamaulipas cientos de miles de
personas, en buena parte llegadas del centro y el sur de México, vivían
condiciones que en la gigantesca capital del país sólo quienes habitaban en las
proximidades de los tiraderos de basura podían imaginar: ríos y arroyos que
traían muerte, lodazales que no había modo de evitar y que producían un rosario
de enfermedades, y una miseria detenida un momento antes de estrangular
únicamente porque a cambio del magro alimento y las casuchas de cartón y
lámina, se dejaban cachos de manos, brazos, pulmones, y se contribuía a un
régimen en el cual años después Ciudad Juárez descubriría la intimidad del
mundo de mujeres alentado por las maquilas: unas 400 jóvenes violadas,
torturadas y asesinadas, y decenas de miles objeto de acoso sexual, cumpliendo
en un número significativo el papel de madres solteras.
Las imágenes de la novela que poco antes, en 1987, Paul
Auster publicaba, parecían una fantasía del horror: “cada día se produce un
cataclismo”, “hay personas tan delgadas que a veces se las lleva el viento”, hay
clandestinas carnicerías humanas y sectas llamadas de “los perros” o de “las
serpientes”, según la forma de vivir a rastras, sin levantarse jamás, confiando
en redimir así el pecado y detener la desgracia.
Pero el país detrás de estas imágenes resultaba
familiar para la época: seres humanos trabajando a comisión como pepenadotes de
desperdicios, por ejemplo, que por las noches espantaban el frío cubriéndose con
periódicos en edificios semiderruidos, parques y estaciones de Metro.
En todo caso, ¿era menos absurda la historia de Tere,
quien nos guiaba en el paseo al parque industrial, inutilizada del túnel
carpiano de la mano derecha y de los tendones del brazo y el hombro del mismo
lado, por quitar rebabas a cilindros para helicópteros militares en un movimiento
repetido 870 veces por hora?
El parque industrial aparece al fin, y con su vista
vuelan las animadas propuestas de los chiapanecos y la animada memoria de uno
sobre las luchas fabriles en los 1970, en torno a manifestaciones, reparto de
volantes, reuniones semisecretas en la esquina y demás.
Rodeado de nada, con una sólo acceso para vehículos
vigilado por policías industriales, aquello es una virtual zona franca. La huelga que se produce en 2019, necesariamente resulta de un largo trabajo organizativo y desafía eso incalculable quince años atrás, pues no hay región más castigada por el crimen organizado y las fuerzas y funcionarios públicos y empresarios involucrados con él. Ni siquiera esas fantasmagóricas plantas golondrina sabían antes lo que vendría. ¿O sí? ¿Ya capitalismo del fin del mundo, abrían camino al régimen cleptocrático?
Para 2010 hice El corrido de los tercos, que conmemoraba cincuenta años del Frente Auténtico del Trabajo. Su resumen sobre este tema lénalo en información en 1986, digamos, y AMLO 2019. Iniciaba así:
En el año 2000 Dale Hartheway, un hermano sindicalista de los Estados Unidos, escribió: “Los corridos mexicanos cantan al dolor y al orgullo, al gran amor, el gran valor, las grandes traiciones y los grandes sufrimientos. Y en su voluntad de contar la historia de la gente común, que ríe a través de sus lágrimas, es un testimonio de la determinación del pueblo para que lo más importante –sus sueños, su dignidad- sobreviva”[1].
Las luchas de los trabajadores y las trabajadoras de México son como eso: un corrido que se canta hace mucho y se renueva cada día, entre las mayores carencias y los más brutales abusos del poder. Un corrido, sí, en el que como bien sabe Alfredo Domínguez, “avanzas, peleas, ganas, retrocedes, avanzas, peleas, ganas, retrocedes”, una y otra vez.
¿Al final para qué? Para construir un sueño, al que desde siglos atrás se le llama utopía. Es el sueño de una sociedad justa, democrática, solidaria.
Uno mira al país de hoy y pareciera que años y años de huelgas, tomas de tierras en el campo y en la ciudad, enfrentamientos con fuerzas públicas, organización y más organización, sirvieron para nada. Que se acabó el corrido, que se acabó la utopía. Que cada vez más los de siempre –grandes empresarios, políticos corruptos, jueces vendidos al mejor postor- todo lo silencian y controlan.
Pero no es cierto. El corrido sigue, la utopía continúa, las más de las veces calladamente, construyéndose tan poco a poco como cuanto hace el pueblo y cuanto merece la pena. Ahí andan los sueños, que no sólo están en la cabeza, que van cobrando forma y no pararán.
No se
trata de palabras. Basta recorrer la república acercándose a los militantes del
Frente Auténtico del Trabajo (FAT), a sus organizaciones y a los movimientos
que representan o asesoran, para certificar que quienes dieron grandes
contiendas en el último medio siglo, aunque se les creyera derrotados para
siempre, no se detuvieron nunca.
¿Realmente nada paró? Sí: la lucha fabril y con ella, claro, en nuestras plantas golondrina, vueltas el sector industrial con mucho más dinámico a lo largo ya de todo México. Ahora brotan como erisipela sobre todo entre Querétaro y La Piedad, pleno Bajío, pues, única zona donde la derecha gano electoralmente el primero de septiembre. ¿Sorprende que tales tierras estén hoy al frente en tasas de asesinados?
Volviendo a Matamoros, no fue la combatividad obrera quien empezó confrontando a sus patronales y "sindicatos fantasma": "Emplazadas a huelga desde el viernes, de las 45 maquiladoras que tienen contrato con el Sindicato de Jornaleros y Obreros Industriales de la Industria Maquiladora en Matamoros (Sjoiim), 20 enfrentan paros en sus líneas de producción, lo que ha dejado en 10 días pérdidas de 100 millones de dólares, según estimaciones de la Asociación de Maquiladoras de Matamoros."
¿Pervivieron núcleos organizativos entre las y los trabajadores? No pareciera.
En cualquier caso, la Secretaría del Trabajo federal calla protegiendo el decreto presidencial, seguramente atónita.
"El aumento del salario mínimo en la frontera, de 88.36 pesos a 176.72, luego del decreto presidencial firmado por Andrés Manuel López Obrador, no ha generado hasta ahora un beneficio para los obreros que laboran en las maquiladoras de esta ciudad y, por lo contrario, los patrones han comenzado a escamotearles prestaciones sindicales históricamente ganadas" y amagan: "la Confederación Patronal de la República Mexicana local, advirtió que las maquiladoras están listas para llevarse su inversión a otras regiones del país antes de aceptar las peticiones."
A primera vista, entonces, tiene razón el viejo ideólogo campesinista hoy de Morena: no será el movimiento social quien principie la protesta, sino nuestra derecha.
Volviendo a Matamoros, no fue la combatividad obrera quien empezó confrontando a sus patronales y "sindicatos fantasma": "Emplazadas a huelga desde el viernes, de las 45 maquiladoras que tienen contrato con el Sindicato de Jornaleros y Obreros Industriales de la Industria Maquiladora en Matamoros (Sjoiim), 20 enfrentan paros en sus líneas de producción, lo que ha dejado en 10 días pérdidas de 100 millones de dólares, según estimaciones de la Asociación de Maquiladoras de Matamoros."
¿Pervivieron núcleos organizativos entre las y los trabajadores? No pareciera.
En cualquier caso, la Secretaría del Trabajo federal calla protegiendo el decreto presidencial, seguramente atónita.
"El aumento del salario mínimo en la frontera, de 88.36 pesos a 176.72, luego del decreto presidencial firmado por Andrés Manuel López Obrador, no ha generado hasta ahora un beneficio para los obreros que laboran en las maquiladoras de esta ciudad y, por lo contrario, los patrones han comenzado a escamotearles prestaciones sindicales históricamente ganadas" y amagan: "la Confederación Patronal de la República Mexicana local, advirtió que las maquiladoras están listas para llevarse su inversión a otras regiones del país antes de aceptar las peticiones."
A primera vista, entonces, tiene razón el viejo ideólogo campesinista hoy de Morena: no será el movimiento social quien principie la protesta, sino nuestra derecha.
[1] Del recién citado libro de
Hathaway Allies across…pág. VIII.
domingo, 20 de enero de 2019
Finalmente, gracias, Tú
Uy, esto debió ir en Última función, jeje.
Al final, gracias, Tú, quien quiera que fuera ese apasionante personaje al cual encontré por azar.
Hago el chequeo de existencias en mi miscelánea y se agotó la provisión dedicada a ti en viñetas e imaginaciones. Nadie entraba aquí cuando nos topamos y luego hasta letrero luminoso puse.
Agradezco haberme rejuvenecido a pesar tuyo. Buen viaje, digo muy en serio, con la estupenda estampa que creaste a conciencia.
¿Incluirías otra canción a tu repertorio, sin más mensaje personal que el coro último?
Sentencias. maquilas y huachicoleros
Busco, también cómo contarles, nietos, y para variar lo primero aquí es lo último.
Un viejo con mochila al hombro siempre será buena noticia, dije al principio de este cuaderno y en otro veo a dos hermanitas limpiar mi casa para que la Inesperada venga por fin. Entonces, ¿cúal viaje? Pregunten a Madre Coraje o Impronunciable, a quien no veré más, así ande los lugares donde nos conocimos, o a nuestra revolución mundial, de la cual me despido a su vez, mientras aparentemente sigo persiguiéndola.
Está muriendo la Ella del departamento con Él, informé, y recién tuve un pequeño sangrado interno cuyo origen persigo. Entretanto, se produce la tragedia más reveladora.
¿Hacerse estudios cuando el país exhibe sus pústulas?
"Familias prefieren meterse al huachicoleo que ser peones agrícolas" titula un diario. “Ganan 500 pesos como halcones (vigilantes) en el huachicol y 250 o 300, como ayudantes en el campo, pues prefieren el dinero fácil”, puede leerse después. Los escenarios son los mismos que presenciaron "la guerra contra el gasolinazo", cuya crónica empecé dos años atrás, como premoción (Cronicar).
Está muriendo la Ella del departamento con Él, informé, y recién tuve un pequeño sangrado interno cuyo origen persigo. Entretanto, se produce la tragedia más reveladora.
"Familias prefieren meterse al huachicoleo que ser peones agrícolas" titula un diario. “Ganan 500 pesos como halcones (vigilantes) en el huachicol y 250 o 300, como ayudantes en el campo, pues prefieren el dinero fácil”, puede leerse después. Los escenarios son los mismos que presenciaron "la guerra contra el gasolinazo", cuya crónica empecé dos años atrás, como premoción (Cronicar).
"Si un árbol cae en un bosque y nadie está cerca para oírlo, ¿hace algún sonido?", habría que preguntarle al autista yo, quien cree no existe sino lo por él percibido y como veo cedros, oyameles, pinos, uno por uno, y pierdo la sierra, ustedes, nietos, ateniéndose a mí, del México 2019 sabrán nada cuando crezcan.
Últimamente ya ni a las grandes noticias atiendo y según parece AMLO se lleva el gato al agua, sus congresistas son desastrosos y lo demás vaya a saberse, pregúntenle a los Malditos del dinero.
El movimiento social está en suspenso, quitando las maquilas fronterizas, que representan muchísimo, tengo por seguro desde 2003, cuando fui a visitarlas para confirmar los informes de sindicalistas durante una década atrás.
Busco entre mis notas, encuentro esto escrito mientras hacía un documental para la Coalición Trinaciónal Pro Justicia en las Maquila.
MAQUILAS, CORRECCIONES
PARA EL CLIP DE INTRODUCCIÓN
PARA EL CLIP DE INTRODUCCIÓN
Texto en imagen, con el que se empieza.
A fines de 1980 los acuerdos
que conducirían al Tratado de Libre Comercio de América del Norte, propician el
vertiginoso crecimiento de maquiladoras en el lado mexicano de la frontera con
Estados Unidos.
Las plantas pertenecen a
grandes corporaciones y, sin regulación alguna, impactan terriblemente en las
condiciones laborales de l@s trabajador@s, en el medio ambiente y en la vida de
las comunidades a ambos lados del río Bravo.
1989-1990. Sindicatos,
grupos religiosos y ecologistas de los Estados Unidos y un pequeño número de
obreras y obreros mexicanos de las maquilas, se reúnen para discutir la
necesidad de crear un organismo.
Dan forma además a normas de
conducta que eviten la contaminación ambiental y que establezcan condiciones
justas de empleo, de salud y seguridad laboral, y de responsabilidad de las
empresas hacia las comunidades.
1991.
Surge la Coalición Pro
Justicia en las Maquiladoras como organización transforteriza, y se trabaja en
detener la firma del Tratado de Libre Comercio por la vía rápida. La
indiferencia de los gobiernos de los dos países, la total falta de control
sobre la forma de proceder de las corporaciones, y la corrupción de los sindicatos
mexicanos, confirman que la lucha será larga y difícil.
1992. CJM
produce el documental Stepan Quemical, denunciando la contaminación en una
comunidad mexicana.
1994. La
Coalición su primera queja por violación al derecho de asociación, dentro de los
acuerdos paralelos por cooperación laboral, del TLC.
(EN INGLÉS: CJM
FILED A COMPLAINT UNDER THE SIDE AGREEMENTS FOR LABOR COPARTION UNDER NORTHE
AMERICAN FREE TRADE AGREEMENT, NAFTA.)
Recibe, entre otros, el premio de la organización de derechos
humanos Letelier-Moffitt Memorial y el premio a la paz de la Princeton Commuinity.
(EN INGLÉS: Letelier-Moffitt
Memorial Human Rights Award, y Princeton Commuinity Peace Awards).
1996, La
Coalición crea el cargo de Directora Ejecutiva y nombra para él a una extrabajadora
de Sony en Matamoros. Da así un gran paso para animar la organización de las
obreras y obreros de las maquilas.
Al mismo tiempo se suman organismo
canadienses y la CJM se vuelve trinacional. Para entonces es creciente la
participación de organizaciones laborales mexicanas.
1997. Se
apoya a los trabajadores y trabajadores de Costume Trim, en Valle Hermoso,
Tamaulipas. En el 2002 la empresa indemnizará con diez mil dólares a cada uno,
sentando un precedente para la comunidad.
Paralelamente da principio la
lucha de las obreras y obreros de Hang Young, en Tijuana, Baja California Norte,
que reunirá en su apoyo a importantes organizaciones sindicales.
1998. La
Coalición realiza su primer taller trinacional sobre salud y seguridad, con la
ayuda de la Universidad de California en los Ángeles (EN INGLÉS: UCLA/LOSH).
Para entonces en Estados Unidos se la considera como una de las
120 organizaciones no gubernamentales más activas.
2000. Los
trabajadores de DURO, en Río Bravo, Tamaulipas, inician su lucha, plantándose
por diez meses en la plaza principal. Con la complicidad de las autoridades
laborales, un sindicato corporativo les roba el recuento por la titularidad del
Contrato Colectivo.
CJM presenta ante el organismo encargado de los acuerdos paralelos
por cooperación laboral del TLC,el primer caso enfocado 100% a los problemas de
seguridad en el trabajo, de las plantas de Auto Trim y Custome Trim.
2001.La
importancia que adquieren las luchas en la maquila conduce a la firma de un
acuerdo de solidaridad con la Unión Nacional de Trabajadores.
La Coalición recibe el premio Paradox, de la fundación TIDE, como
la institución pionera en el trabajo transfronterizo.
La perspectiva de género ha
sido incorporada al trabajo de la Coalición, y los integrantes de los tres
países designan por primera vez a una representante de México para presidir su directiva.
2004. CJM apoya a las 1800 trabajadoras
y trabajadores de LG, en Reynosa, Tamaulipas, cuando la empresa cambia de
nombre para evadir el reconocimiento de antigüedades de más de 25 años.
NUEVO TEXTO DE CARMEN JULIA
Con la llegada de la fecha
para el recuento nos dimos cuenta de que la CROC trajo a sus golpeadores
profesionales. No eran trabajadores, tenían aspecto de pandilleros. Venían con
sus manoplas, sus palos… Vimos cómo entraba un carro con estos hombres, que
sacaban armas y las metían a la empresa, un día antes de las elecciones…
Les daban un papel, los
tomaban de un brazo y les decían: “Vota por este sindicato”. Los trabajadores
sólo se nos quedaban viendo. Estaban totalmente aterrados.
¿Donde quedó el material filmado, Él?
Después hice esto:
Después hice esto:
“Ahora todo ocurre tan rápidamente que no puedo seguir
el ritmo (…) Cierras los ojos un momento, o te das vuelta para mirar a otra
parte, y aquello que tenías delante ha desaparecido.”
La novela de Paul Auster vino a la cabeza de uno al
inicio de la reunión anual de la Coalición Pro Justicia en las Maquiladoras. Y
con la novela un libro de ensayos de Martin Berman: “Todo lo sólido se
desvanece en el aire”.
La novela y el libro se escribieron en los 1980, durante
los inicios del proceso mundial que trajo a México, ya en cascada, las plantas
a las que buenos motivos se les niega el nombre de fábricas y cuya tardanza en
aparecer a la vista inquietaba ahora, en el paseo que nos daban en un camión y
un microbús.
Era el tercer día de descubrir un mundo en el cual se
revela descarnadamente lo que mueve al mío. Pareciera tenerse tan poco en común
con la vida cotidiana de estas mujeres, sobre todo, y de estos hombres, como
las de ell@s entre sí: trabajador@s de las maquiladoras del norte, oaxaqueñ@s y
chiapanec@s que apenas empiezan a toparse con ellas, y activistas sindicales,
religiosos y de causas ciudadanas de Estados Unidos, Canadá, Honduras,
República Dominicana, Holanda, Corea…
Poco tengo que ver en apariencia, pero se diría que
mis quejas de todos los días, las de mi hijo mayor y los amigos, las que
escucho o presumo en el Metro o en la calle de la ciudad monstruo de donde
vengo, aquí anuncian sin dudas, y no sólo sospechan a lo vago, un destino
sobrecogedor. Por eso la novela de Auster me anda por la cabeza con sus
visiones de futuro en las cuales el presente se proyecta y se revela.
Desde el camión y el microbús que nos llevan a la
visita al parque industrial, las extraordinariamente dispersas orillas de Río
Bravo, Tamaulipas, improvisada como ciudad justo durante las últimas dos
décadas, quedaron unos diez kilómetros atrás y no topamos sino la pobre hierba
tropical que permiten los arenales de la región. El llano tiene un aire no de
campo sino de lote baldío, que reconoce cualquiera que haya nacido en las
afueras de una urbe, enfebrecida por crecer. Un lote baldío inmenso.
Por una interesante serie de motivos, las zonas
fabriles se levantan siempre en lugares retirados, pero esto es un exceso
inexplicable incluso considerando la presencia de Reynosa, la ciudad contigua. ¿Por
qué aquí las colonias obreras no crecen cerca de las plantas, si de seguro
nadie espera fraccionar para gente de mayores recursos estas tierras flacas?
¿Hubo quienes creyeron en una proliferación sin fin de las “golondrinas”, como pronto
llamaron a las maquilas?¿O fueron las protestas de los primeros años por sus
efectos sobre las comunidades, las que crearon este colchón?
La Coalición tiene sus orígenes en una reunión
celebrada en 1989, que resultaba de la angustia y de un una cierta dosis de
ingenuidad: la libertad irrestricta del capital, de la cual eran producto los
acuerdos comerciales que conducirían a la firma del Tratado de Libre Comercio
de América del Norte (TLCAN), podía frenarse. Las fuerzas que se reunirían para
ello no eran despreciables: las dos mayores centrales sindicales, grupos
ecologistas y comunidades de numerosas las Iglesias cristianas, algunas con
acciones en empresas trasnacionales. Todos ellos de los Estados Unidos. De
México asistían trabajador@s de las maquilas, a solas o en pequeñas
organizaciones
Para entonces General Motors, Johnson and Johnson,
ITT, Dupont, Azarco, General Eletric y otras muchas corporaciones habían
montado plantas a lo largo de la frontera mexicana. Decenas de miles de empleos
se perdían en Detroit, Chicago, etc., y poblaciones de la franja próxima al
norte del Bravo conocían lo que se calificaba de epidemias de enfermedades
degenerativas relacionadas con tóxicos.
En Brownsville se seguía con alarma la forma en que en
Matamaros, a tiro de piedra, la llamada Hilera Química arrojaba a las
corrientes de agua cantidades de xileno que rebasaban 53 mil veces las normas
ambientales, y el pentaclorofenol, un célebre cancerígeno, andaba libre por el viento.
Al cabo de dos años en la población texana se registraban 36 casos de niñ@s que
nacían con cerebros incompletos, y los abortos indeseados advertían convertirse
en tema de todos los días.
Allí mismo y en otras ciudades de Texas, de Nuevo
México, Arizona y California, los centros maquileros de Nuevo Laredo, Ciudad
Juárez, Nogales, Tijuana y demás, las emisiones del propio xileno, de
petroleum, de naftalina, metileno, etilbenzeno, cromo, plomo… alcanzaban
proporciones de hasta 250 mil veces por encima de los estándares aprobados, y
aumentaban los enfermos de lupus, leucemia y otros cánceres.
Si las organizaciones de los Estados Unidos
representadas en la Coalición que se formalizaría en 1991, aspiraban a detener
el pandemonium que daba la impresión de presagiarse, debían actuar más allá de la
frontera, donde por lo obvio la historia se repetía geométricamente, de modo
que, por ejemplo, los recién nacidos con anacefalia en Mamamoros, Nuevo Laredo
y su entorno no eran 36, como en Browsville, sino justo diez tantos más: 360.
En esa misma zona de Tamaulipas cientos de miles de
personas, en buena parte llegadas del centro y el sur de México, vivían
condiciones que en la gigantesca capital del país sólo quienes habitaban en las
proximidades de los tiraderos de basura podían imaginar: ríos y arroyos que
traían muerte, lodazales que no había modo de evitar y que producían un rosario
de enfermedades, y una miseria detenida un momento antes de estrangular
únicamente porque a cambio del magro alimento y las casuchas de cartón y
lámina, se dejaban cachos de manos, brazos, pulmones, y se contribuía a un
régimen en el cual años después Ciudad Juárez descubriría la intimidad del
mundo de mujeres alentado por las maquilas: unas 400 jóvenes violadas,
torturadas y asesinadas, y decenas de miles objeto de acoso sexual, cumpliendo
en un número significativo el papel de madres solteras.
Las imágenes de la novela que poco antes, en 1987, Paul
Auster publicaba, parecían una fantasía del horror: “cada día se produce un
cataclismo”, “hay personas tan delgadas que a veces se las lleva el viento”, hay
clandestinas carnicerías humanas y sectas llamadas de “los perros” o de “las
serpientes”, según la forma de vivir a rastras, sin levantarse jamás, confiando
en redimir así el pecado y detener la desgracia.
Pero el país detrás de estas imágenes resultaba
familiar para la época: seres humanos trabajando a comisión como pepenadotes de
desperdicios, por ejemplo, que por las noches espantaban el frío cubriéndose con
periódicos en edificios semiderruidos, parques y estaciones de Metro.
En todo caso, ¿era menos absurda la historia de Tere,
quien nos guiaba en el paseo al parque industrial, inutilizada del túnel
carpiano de la mano derecha y de los tendones del brazo y el hombro del mismo
lado, por quitar rebabas a cilindros para helicópteros militares en un movimiento
repetido 870 veces por hora?
El parque industrial aparece al fin, y con su vista
vuelan las animadas propuestas de los chiapanecos y la animada memoria de uno
sobre las luchas fabriles en los 1970, en torno a manifestaciones, reparto de
volantes, reuniones semisecretas en la esquina y demás.
Rodeado de nada, con una sólo acceso para vehículos
vigilado por policías industriales, aquello es una virtual zona franca.
EL VIDEO. EMPIEZA CON MARTA HABLANDO, LUEGO SE LA
DESCRIBE (LA MUJER, MARTA OJEDA, HABLA DESDE EL VOLANTE DE SU AUTO por LA
CARRETERA ENTRE RÍO BRAVO Y REYNOSA. MADURA, morena, fuerte, bajita,
extraordinariamente ENÉRGICA TODO LO HACE ASÍ, sobre el camino, como si el
tiempo la persiguiera o anduviera delante de ella provocándola.
En 2019 hay una secta que tiene el descaro de pedir apoyo económico para "dar luz" a las y los maquileros en su renancimiento. No saben cuánto trabajo militante hay invertido allí, oculto al llegar nuestra "guerra contra el narcotráfico", pretexto ideal para acallarla.
En 2019 hay una secta que tiene el descaro de pedir apoyo económico para "dar luz" a las y los maquileros en su renancimiento. No saben cuánto trabajo militante hay invertido allí, oculto al llegar nuestra "guerra contra el narcotráfico", pretexto ideal para acallarla.
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