jueves, 28 de junio de 2018

Escenarios

"Se llamará la gran traición. Y hace mucho que sucede. Pero el sombrío mensaje de Washington a los combatientes anti Assad del sur de Siria, que no podían esperar ayuda de Occidente en su lucha posterior contra el régimen de Assad o los rusos, figurará algún día en los libros de historia."
Así resume Robert Fisk su artículo aparecido ayer, 28 de junio de 2018. Para nosotros resulta más o menos incompresible pues Siria, Medio Oriente todo, pertenece a una realidad sobre la cual escuchamos solo ecos, y no le prestamos atención faltando tres días para el momento quizá más trascendente en México desde hace cien años o setenta, cómo precisar -la diferencia no es poca y debe tratarse con cuidado, como el momento mismo, que inicia un proceso imprevisible.
Continúa Fisk: "Ya, los misiles rusos y las bombas sirias están apuntando al sur y al este de Deraa y fuera de Quneitra y Sweida después de que los combatientes de la oposición rechazaran una paz negociada la semana pasada. Los refugiados huyen nuevamente de las ciudades. Pero las palabras del mensaje estadounidense a los combatientes, publicadas por Reuters y hasta ahora no negadas por Estados Unidos, son sombrías y sin esperanza: ´No deberían basar sus decisiones en la presunción o la expectativa de una intervención militar nuestra".
Ahora entedemos algo más, apenas eso, de un conflicto que comenzó durante la Primera Guerra Mundial, para adquirir rasgos definitivos en 1948 y no detener su rescomposición hasta hoy.  
"Es un punto de inflexión en la guerra de Siria" y "es el poder de Occidente el que ahora parece estar en retirada", dice el periodista.
Hay que detenerse en ese punto, sin aspirar a un conocimiento mínimo de los grandes y pequeños problemas involucrados, y quizá mal interepretando el mensaje sobre Estados Unidos y sus socios, que debería afectarnos profundamente, si Washington culmina hoy el matrato a migrantes, estrategia electoral, primero, y luego política xenofóbica reglamentaria al servicio de los poderosos intereses que hace tal vez siete décadas fraguan la facistización de nuestro vecino, con un posible psicópata como presidente -Trump tiene más rasgos patológicos que Hitler, dicen aquí y allá.
Hay en curso "una crisis humanitaria —que la ONU ha definido como una forma de tortura— " y dos mil niños fueron separados de sus padres migrantes para encerrarlos en centros de internamiento dispersos por la nación. 
Los propios políticos conservadores, incluso la familia Trump y Trump mismo, parecen alarmados por consecuencias que no previeron. Una, para ser precisos: el impacto mediático. ¿Realmente puede creérseles?, ¿no prueban así cuánto se soportarían medidas similares contra estadounidenses, o algo mayor?
Antes intentó voltear las críticas de los aliados: "El pueblo alemán le está dando la espalda a sus gobernantes debido a que la inmigración está sacudiendo la débil coalición de Berlín (...) Un gran error por parte de toda Europa el aceptar a millones de personas que radical y violentamente han cambiado su cultura".
¿Cuánto le importó al tipo el espectáculo de semanas atrás, tras transladar su embajada en Israel a Jerusalem, alentando que continuaran  encarcelando niños palestinos con juicios formales y expuestos a tortura durante la detención o después? ¿No usa hace meses a otros, sirios, afectados por armas químicas, para retirarse hoy de allí, haciéndolos hurtadizos a la memoria mundial? 
Por lo demás, psicópata o no, con un proyecto o no de regusto nazi, ¿supera a sus antecesores en Occidente todo, desde 1917, cuando precipitaron el conflicto en Medio Oriente, o que durante los siglos previos voltearon de cabeza la tierra entera, sin faltar su Europa.
En algún sitio escribí hace años: La Reina de la Roca Gris, la señora celta que se queja en los poemas irlandeses y que aún sin sus hermosos atavíos precristianos ha seguido cuidando por la provincia de Munster, contempla impotente cómo el fuego se ceba con los campos destruyendo cosechas, frutos y aldeas, y como los hombres enfermos de comer hierbas se arrastran por la tierra y mueren para que hambrientos lobos, perros y niños se lancen sobre sus cadáveres. El culpable no es el azar o la intempestiva, enloquecida reacción de un ejército enemigo. La obra forma parte de una concienzuda política de exterminio puesta en práctica al fracasar las horcas y los descuartizamientos públicos, “la instigación de hermanos contra hermanos, la gratificación a espías, delatores y asesinos, las altas recompensas por las cabezas de los caudillos rebeldes”.  
Mi viaje comenzó recordando a niños "salvajes e ignorantes" que mendigan con las cuencas de los ojos vacías, sin piernas y atados, en 1212 rumbo a Ciudad Santa, por Lyon o Regensburg, Génova o Budapest. El oprobio es antiquísimo y eso no consuela.
Entretanto, México se pregunta
Los cinco hombres y mujeres en el video creen y tiemblan. ¿Se producirá la eclosión que dormido o despierto este viejo celebraba mientras Ana hacía las maletas del último viaje? Si es así, ni Lupita está preparada, porque mi abuelo se equivocó o recibí mal su informarción. En cualquier caso disfruto cómo quienes inútilmente la disponen son caricaturas de sus sueños.
-¿Qué haces?
-Ordenar los apuntes de El martes anterior, Belarmo.
-Olvida las tonterías y acompáñame.
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Nada hay tan constante en estas tierras durante tiempos coloniales, como las revueltas indígenas. Antes de seguir con el tema, transcribo la introducción a Europa y la gente sin historia*:
"La tesis central de esta obra es que el mundo de la humanidad constituye un total de procesos múltiples interconectados y que los empeños por descomponer en sus partes a esta totalidad, que luego no pueden rearmarla, falsean la realidad. Conceptos tales como ´nación´, ´sociedad´ y ´cultura´, designan porciones y pueden llevar a convertirnos nombres en cosas."  
No damos clases de historia, ¿verdad, abuelo Belarmo? Caminamos y ya, como sin dirección, hacia adelante y atrás, siguiendo, creo, a Mr. Wolf, y te traigo al siglo XVI, del otro lado de donde quedó tu hogar cuando los hicieron marcharse, año 1939 o 1938, tal vez dirás, pues entonces debieron tomar aquellos barcos contratados por ti, dejando atrás a Mata, Llagos, Dosy y muchos miles más.
De dolores y muerte sabes no poco, mi mentor, y así podemos ir a descubierto. 
¿Todo se entrevera? No sé. Aquí es por mi natural confusión. Al detenerme cuando arreglaba una nota, el abuelo quería saltar al futuro y lo tengo dudando entre su memoria y la de Zinacantán, Chenlho y Cancuc, Altos chiapanecos, hacia 1712, cuando vírgenes despiden rayos luminosos dentro de un palo o aparecen entre una milpa o se muestran a María de la Candelaria instruyéndola.
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Paro porque hay Esa pequeña cuestión y me pregunto qué utilidad tiene este cuaderno. Ayer pensé que insinuaba incluso una "crónica fabulada" -para discurrir generos estoy pintadísimo- tono siglo de oro -continuemos jejeando.
Lo hice cuando confundía todo, pues la recomposición de identidades indígenas iba para Red de agujeros. Bueno, pienso ahora, puede dársele pie aquí.
-Rematalo al menos -diría mi che consuegro.

Hagámoslo.
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-Es por los impuestos -dijo un escribano observando lo obvio y no el gran fenómeno detrás.
Las virgenes creadas por nuestros pueblos indios eran un progidio raramente alcanzado por otras "culturas" -entrecomillemos en respeto a Wolf. 
Red de agujeros tiene razón: nada tras la Conquista, hasta hoy, iguala a esa proeza de los pueblos indígenas novohispanos reconstruyendo sus identidades.
-Seguimos con tus enjuagues.
-Sino hago trampas, abuelo.
-Pero te enredas y enredas. ¿Ahora hay que coger de nuevo el camino?
-Alados, como se nos dio por don, no hay problema, ¿o sí?
-Cago en dios.
-Minero al que necesitan enjabonarle la boca, eras, y hasta después de la muerte...
-Ya, mucho tango. Procédase.
Mientras, Mr.
Pasan los siglos y cada vez suena mejor.

   
* Eric Wolf.