martes, 21 de julio de 2020

Sigo sin encontra La Rosaleda, busco al Negro del Narciso sin Conrad, termino volviendo a James Kelley y no te olvido, muchacha huérfana en 1521

Bueno, haz lo que se te da la gana, blogger.

Casi a ciegas voy, como siempre, pidiendo perdón a diestra y siniestra.  
“Lo que no se encuentra aquí no se encuentra en ninguna parte”, decían sobre El Mahábháta, la gran obra hindú. Tengo una versión que no es completa y llega a nostros desde el inglés. Para quien como yo nada sabe, veinte líneas son oro. "... se pueden oír en trenes o autobuses de boca de gente sencilla y a veces inclusoanalfabetas", y eso las hace doblemente inapreciables, pues no soy un acádemico persiguiendo letras muertas.
“El Mahabharata no es una mera epopeya; es un romance que cuenta la historia de heroicos hombres y mujeres, algunos de los cuales eran divinos; es una literatura completa en sí mismo, que contiene un código de vida, una filosofía de la relaciones sociales y éticas, y un pesamiento especulativo sobre los problemas humanos que es difícil de igualar. Pero sobre todo, tiene como corazón el Gita, que es, como el mundo está comenzando a descubrir, la más noble de las escrituras y la más grande saga...”
Leo eso y me decepciono un poco. No más Paris, Elena y compañía, por favor. De princesas y grandes guerreros que moran cielos y tierras estoy hasta la coronilla, aunque nos jure son representaciones de conductas humanas llanísimas. Doy mi vida por un cualquiera.
"Mis hijos son ahora poderosos en la tierra. Y si Yudhishthira hace el Rajasuya, yo y mi abuelo Santanu podremos ir al Indraloka.»
-Vuelta la burra al trigo -digo como en los lugares donde nací, conciente de mi sin duda exagareado, estúpido prurito.
Puedo parar aquí por ahora o para siempre, satisfecho de poner un pie en la región hindú entre tres y cuatro mil años atrás.
Ahora a buscar al rebautizado James Walker, que a Conrad ni le va ni viene, literariamente al menos, convirtiéndolo en encarnación de los tripulantes todos ante los desatinos con que un ensoberbecido, ciego capitán se diría persigue la más brutal tormenta.
SIGUE