jueves, 14 de diciembre de 2017

A cachos


A cachos todo: este registro, el país, la tierra, cada una y uno día a día, escribo siendo julio 25, 2019, con una mirada atrás y otra adelante, nietos.

¿Lo siguiente es de cuándo?
-Ya está la cena, B.
Las sirenas, las voces del abuelo, Agustín y los demás discutiendo.  
-"Esta es la cara del Katún, del Trece Ahau: se quebrará el rostro del sol. Caerá rompiéndose sobre los dioses de ahora...” -dice un coro quién sabe dónde.
-"El mar será un fluido rojo y el cielo como sangre
"Sangre roja de guerra teñirá el mundo hasta la cumbre de los montes..."
Nuevas frases se suman, hasta el infinito. 
-Ya está, siéntate.
 
2 de febrero (2018, era): "En el sondeo de Los Pinos Meade no aparece tercero, sino cuarto..."
¿Asombroso? La partida de los mayores inútiles en nuestra historia, eso nos gobernó durante cinco años hasta ahora. Apenas puede creerse que los patrones no se dieran cuenta, jeje.
Gracias al cielo, debería decir uno y no puede, pues fueron a la vez los más grandes asesinos.
(¿Por qué puse esto aquí? Mal.)

La incoherencia es nuestro castigo y alivio, nietos. Apenas tenemos tiempo. Como advertí hace diecisiete meses, el régimen se autodestruye y cuando días atrás creyó encontrar una salida solo profundizó la tumba.
Están representados en él los Malditos menores. Sus amos caerán también y nadie sino La corte de medianoche conoce cómo y durante qué momento preciso.
¿Mis setenta años anteriores resultan nada, entonces? No. Recordemos que vine para atestiguar a la vez el diario asesinato del deseo. Por lo demás, ni el yo evitando autobiografiarse ni los hombres y mujeres públicamente anónimos a quienes reivindico, somos piezas sobre un tablero.
Vaya trabajo por delante, uf.



Alinear a izquierda o derecha. Con eso tengo para cambiar de momento en esta especie de diario.
Esperen, pongo musiquita, que siempre es bueno.
 Ayer escribí:
Esta noche Oscar hizo una espléndida, ortodoxa exposición sobre la historia del partido comunista mexicano, ante cuarenta personas en espacio abierto.
Mientras, la AC en que ambos participamos transmitía su segunda sesión para doscientos sesenta y ocho grupos inscritos en un curso virtual de historia, alentado por los nuevos aires nacionales.
Paralelamente se producía otra defección de la derecha dura, asombrosas a primera vista pues avalan al candidato de izquierda electoral, cuyo partido registraba entretanto a diez aspirantes para dirigir un municipio, como aves carroñeras que desplazan a quienes levantaron la organización allí.
 A muchas hermanitas y hermanitos les tuvo sin cuidado ese agetreo, pues miran más allá, o así creen, al menos.
Hablo sobre esto y aquello, loco y cuerdo a una vez. No responsabilizo por ello a los tiempos, que enmascaran mi estado.
La parte lúcida demanda quitarme de enmedio y observar el panorama, hacia adelante y atrás.
No tengo fuerza para intentarlo.
Nuevamente dejen que traiga algo de otro cuaderno, y más musiquita:
-Vámonos a Oaxaca a un mitin al rato, tenemos transporte y comida regresamos el domingo por la mañana -dice un nuevo hermanito.
-No me tiente, que a la una tengo que estar en la colonia Guerrero. ¿A qué hora se van? ¿Nos rafaguearán en el mitin o solo habrá unos sabrosos palazos jjjjjj? Si voy, ¿eh?
Así las cosas para este inútil septuagenario.


¿Esto de cuándo es? No importa.
Paro en este punto pues narrar se vuelve una tarea mayor y no hay tiempo que perder. Aguarda la batalla donde está en juego la nueva civilización, ni más ni menos... según yo, claro, que no leo novelas de caballería sino simple México.
Lo que continúa es nuestro viaje en el Metro rumbo a la reunión citada por Lupita. 
Hago crónica aquí cuando menos a ratos, pues esa mujer existe y dirige una sección del movimiento. Como ella hay centenares en el país, organizando pacientemente hace casi medio siglo, sin ocultarse. En mayo de 2016 su sector dio un salto gigantesco y arrastró a miles de comunidades. Para septiembre descansó retomando fuerzas. Fue entonces que el sistema hizo crisis. Shakespeare habría querido observar las semanas siguientes en intimidad, con pocos protagonistas. 
Para un segundo Hamlet o Macbeth pediría prestado a Dostoyevski al personaje central: el Idiota, con distinto rostro, más en verdad estúpido y sin nobleza alguna. Con Claudio y el propio Barón de Glamis rehechos para ser uno, tendría suficiente.
-¿Donde bajamos, B?
-En la próxima. ¿Cómo se acuchillan?
-¿Quiénes?
-Perdón. Para variar, fantaseaba.
El bombazo o lo que haya sido se produjo cerca de donde bajamos y edificios y banquetas tienen una elocuente mueca, aunque no sufrieran en absoluto.
Mis paisanos van en tropel como cualquier día, podría pensarse, y el Metro nos advirtió su bullir interno. Nada volverá a ser lo mismo, entiendo. Hace un siglo nuestro país está acostumbrado al orden verticalísimo, desapareció la cabeza y el régimen cae por sí solo.
Imagino a los insomnes señores del poder conspirando sin posible arreglo, o en vuelo rumbo a otros lados por ponerse a resguardo pues no están dispuestos a perder un centavo. El grupo más avieso hace como siempre: aprovecha o eso cree. Si seculares conocimientos heredados deberían sobrarle para improvisar una salida, hay mucho de inédito y le pasa desapercibido, sabré cuando lea los papeles del abuelo. ¿Lo sabré o lo sé ya? Tal vez el tiempo que se trasgrede me informó durante su curso.
-Detente, A.
Reviso los mensajes. Obvio, el sitio de reunión cambió. 
-Vamos -digo dando marcha atrás para que doblemos en la esquina.
Ella está más hermosa que nunca por la vibración del instante y su cabello revuelto, los ojos agrandados y vivaces, el sencillo vestido que escogió, arrebatan.
-Pareja perfecta.
Me mira con la dicha sin reversas que su padre prohibió y la trajo a mí. 
-¿Cómo contaría ella este momento? -pregunto en silencio. Realmente el amor es gran cosa. 
A lo repentino caigo en cuenta. Los poderes nacionales son secundarios. De eso me prevenía el abuelo y sin más llega la presunta revelación.
-A, busca noticias del mundo en internet.
Torcemos la calle, al fondo una compañera desaparece tras una puerta. 
-¿Qué te interesa en especial, B?
-¿No está a la vista?
-¿Qué?
-Nada, después explico.
La red debería estar atestada de notas y comentarios sobre el mundo entero. 
-Estúpido -digo para mí. -No será así. Todo habrá de decidirse en estos lados, por el momento. Los fantasiosos recreos en que nos veía salir de entre la tierra, si resultan ilusiones tendrán esta misma calidad táctil.
Estamos al principio del principio, ni mi Corte de Medianoche sabrá cómo resolver el gran desafío y para Ella y yo no hay mucho tiempo juntos.
Los grupos se parcelaron, unos cuantos intercambiamos ideas con información llegada por prodigiosos, antiquísimos canales.
-¡Túneles! -grito. -Hay varios compañeros que hablan de cuevas y túneles en sus lugares y sugieren emplearlos. Algunos, larguísimos, con múltiples salidas.
-Y están las redes bajo las ciudades -agrega quien veo por primera vez. 
Locura compartida, nadie toma a broma el asunto.
-Investiguémoslo, pero por ahora a lo acordado -corta Lupita.
Repentinamente todo se vuelve estruendo, sin pausa, que crece en variedad de tonos. 
Cada una y uno toma su rumbo. 
-Caminando, no hay más -dice A.
Nuestro paseo será corto y, a cambio, por una zona con muchísima actividad. 
La gente corre sin miedo. Jamás vi o imaginé cosa igual.    
-0-
Despierto de mañana sobre mi cama, solo, sabiendo que es inútil buscar a A.
-Uf, faltan apenas tres horas para nuestra junta semanal, sin Lupita, por supuesto. Para retos gigantes, tocar piso con una docena de cigarros, café a granel, el baño y topes contra la pared.
"Sonrían, nietos. Nos quedó la música... y el sabor a Ella."  
-Pupa -pregunta uno de ellos- ¿cuándo sacaste estas fotos? 
Aquí, en columnas, humos trepan al cielo por nuestra ciudad. Allá, entre sombras, una familiar figura femenina avanza por un túnel... La última es maravillosa: mi abuelo, Agustín, el Niño de piedra y demás posan sonriendo. 

II
Eso lo escribí hace quince meses, jugando con evidencias que nadie más parecía advertir. Anoche dieron un penúltimo paso para terminar militarizando el país en los hechos. ¿Es otra estupidez de quienes hace cinco años se autodestruyen? Seguramente, así alguien con enorme poder mundial les susurrara al oído.
Como sea, mi viaje inició, sin marcha atrás. Busco el "Sur, geografía profunda"1 cada vez más golpeado. De naciones no entiendo, decidí hace mucho. Aquél es algo distinto. 
Este blog tiene una foto de fondo. La prestó el documental2 que en mi adolescencia materializó muchas cosas escuchadas desde la cuna y así inconscientes. Allí nada en mí, a mí, universo, asombra, se diría si las palabras y sus rosarios sirvieran para algo más que causar un desastre en el propósito de fijar lo que no hay modo, escribí. 
Hay un hombre muy especial. Dijo:
 


 

 
 



1. Armando Bartra.
2. Noche y niebla. 
3. Víctor Serge.
4. Eric Wolf, Europa y la gente sin historia.